Califican en Argentina como ''suicidio político'' destitución de Lugo

BUENOS AIRES, ARGENTINA (23/JUN/2012).- La destitución del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, que se realizó bajó la sospecha de un golpe de Estado, representa un "suicidio político" para ese país, afirmó la prensa local.

El diario La Nación explicó que "nada es imposible en Paraguay" y que "para dirimir sus viejas rencillas los legisladores paraguayos demostraron una eficiencia" nunca vista para solucionar los problemas estructurales de ese país.

En esa lucha, advirtió, cometieron un "suicidio político" porque en el escenario interno carecen de liderazgos fuertes y, en el plano exterior, ya se registró un rotundo rechazo internacional a la destitución.

"El abordaje de los problemas políticos en Paraguay transcurre a dos velocidades. Las cuestiones políticas internas entre los partidos se solucionan por la vía rápida", señaló.

Pero los temas estructurales de un país, donde más de la tercera parte de la población vive debajo de la línea de pobreza, agregó, "transcurren por una lenta vía que arrastra deudas pendientes de administración en administración".

En tanto, el diario Clarín consideró que Lugo "quedó aislado al impulsar tomas de tierras y también reprimirlas", ya que en los últimos tiempos "sólo lo apoyaba su entorno".

Su salida, apuntó, aliviará seguramente a los grandes productores y ganaderos quebrantados por las invasiones de sus propiedades y alimenta el poder de los partidos Liberal (su ex aliado) y Colorado con miras a las elecciones presidenciales del 23 de abril de 2013.

Celebrará, además, un episcopado católico que calificó al gobernante y ex obispo como "un puñal clavado en el corazón de la Iglesia".

Más crítico, el periódico Página 12 publicó que el Congreso "cree que echó al presidente Lugo en un juicio que duró menos de dos días", ante lo cual no se puede decir otra cosa más que fue "una payasada".

Ningún juicio a un presidente puede durar un día y medio desde el momento en que se anuncia, advirtió, pese a que los legisladores paraguayos hayan creído que podían echar "como un perro al presidente de la nación".