Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Internacional | El proceso deja inconformes a miles de ciudadanos

Cadena perpetua a Mubarak; egipcios piden pena capital

Los hijos del ex dictador y seis responsables de la Policía fueron exculpados, pese a señalamientos de violaciones sistemáticas de los derechos humanos

Por: EL INFORMADOR

PROTESTA. Miles de egipcios consideran el veredicto demasiado clemente y reclaman la horca para Mubarak. REUTERS  /

PROTESTA. Miles de egipcios consideran el veredicto demasiado clemente y reclaman la horca para Mubarak. REUTERS /

EL CAIRO, EGIPTO (03/JUN/2012).- El hombre fuerte de Egipto por tres décadas libró la pena de muerte, pero tendrá que pasar el resto de su vida tras las rejas.

Hosni Mubarak (84 años de edad), derrocado por un levantamiento que inició en enero de 2011, fue sentenciado a cadena perpetua por su rol en una matanza de manifestantes, tras un juicio que marca un precedente para los autócratas de Medio Oriente.

Sin embargo, la sentencia indignó a miles de egipcios que se volcaron a las calles tras conocer el veredicto. Algunos pedían la ejecución de Mubarak, porque exigían se le castigara no sólo por las cerca de 850 muertes en la Plaza Tarhir, sino por la represión ejercida por 30 años.

Dirigiéndose a la sala, el juez Ahmed Refaat declaró: “La corte ha ordenado un castigo para Hosni Mubarak de cadena perpetua sobre los cargos de participación en crímenes de asesinato e intento de asesinato”.

El antiguo jefe de Estado, que compareció acostado en una camilla y con  gafas oscuras, apelará la decisión, anunció su abogado.

El juez condenó además a dos hijos de Mubarak, Alaa y Gamal, a un lapso en prisión que ya cumplieron por algunos cargos de corrupción y los absolvió de otras acusaciones. Seis funcionarios de seguridad fueron absueltos.

Refaat sentenció también a cadena perpetua al ex ministro del Interior, Habib al-Adli, cuya fuerza policial era odiada por las tácticas brutales que usaba contra los manifestantes.

Fue la primera vez que un líder depuesto compareció ante una corte ordinaria civil desde el inicio de la ola de levantamientos que sacudió al mundo árabe el año pasado, desatando la caída de cuatro gobernantes autocráticos: Ben Alí, en Túnez; Muamar Gadhafi, en Libia; Alí Abdulá Saleh, en Yemen, y el mismo Mubarak.

La sentencia afectó la salud del mandatario derrocado. La agencia de prensa estatal MENA reportó que fue ingresado en un hospital carcelario tras una “crisis de salud”. Horas después circuló la versión de que Mubarak lloró al conocer el veredicto.

Las protestas

Los Hermanos Musulmanes, primera fuerza política de Egipto, habían llamado  a manifestarse en masa para protestar contra las seis absoluciones. Por la noche, cerca de 20 mil personas estaban concentradas en la plaza Tahrir de El Cairo. “O conseguimos justicia por nuestros mártires, o moriremos como ellos”, lanzaban, al tiempo que mostraban fotografías de sus seres queridos abatidos por la represión del régimen de Mubarak entre enero y febrero de 2011, o carteles del ex dictador con sogas al cuello.            


PERFIL

De héroe de guerra a preso común


Héroe de guerra, salvador de la patria, y ancla de la estabilidad en una convulsionada región. Y en el ocaso de su vida, pasó a ser un delincuente común convicto por su participación en las muertes de los que se afanaron por derrocarlo.

Hosni Mubarak fue condenado a cadena perpetua por complicidad en la matanza de manifestantes durante el levantamiento popular de 2011 que lo desalojó del poder. Sus hijos Gamal y Alaa fueron declarados inocentes de cargos de corrupción.

Fue un final vejatorio para un líder que llegó al poder después de que unos extremistas islámicos asesinaron a su predecesor, Anwar Sadat, y guió la nación en medio de guerra, terrorismo y el integrismo religioso.

Mubarak, de 84 años, escuchó el fallo desde una camilla en la jaula de los acusados, rodeado de sus hijos y ex colaboradores acusados de diversos delitos durante casi 30 años de mandato personalista.

Esa escena contrastó con la imagen que intentó proyectar Mubarak como “padre de la nación”. Al principio de su mandato, su carácter severo y opaco fue bien recibido como contraste al destructivo carisma de Gamal Abdel-Nasser y el temperamento veleidoso de Sadat.

A medida que Mubarak se afianzó en el poder, el statu quo que personalizó fue motivo de descontento y odio entre sus conciudadanos. Al igual que la Gran Esfinge que ha permanecido inmutable con el transcurso de los siglos, el mandatario presidió una sociedad en la que las masas tuvieron que vestirse y alimentarse por su cuenta mientras que los países del Golfo de Arabia, otrora poco más que oasis en el desierto, acapararon el papel desempeñado antes por Egipto.

En el país, Mubarak, sus veteranos generales y capitanes de empresa no pudieron contener la indignación popular que latía en este país de 80 millones de personas, la nación más poblada del mundo árabe.

Piloto de guerra y comandante de la fuerza aérea, Mubarak dio tímidos pasos en el sendero de la reforma democrática al comienzo de su presidencia, pero pronto adoptó el estilo dictatorial que diera luz a las protestas callejeras el 25 de enero de 2011.

Una percepción filtrada

Un cable de 2009 de la embajada estadounidense en El Cairo, filtrado por WikiLeaks, lo consideró “un probado y auténtico realista, con una naturaleza innata conservadora y cautelosa”.

Destacó que Mubarak rechazó la invasión estadounidense de 2003 que derrocó al presidente Saddam Hussein, de Iraq, país que en su opinión necesitaba “un militar duro y fuerte que sea justo” como líder.

“Esta reveladora observación, creemos, describe la opinión de Mubarak de sí mismo, alguien duro, pero justo, y que garantiza las necesidades básicas de su pueblo”, dijo el cable. “Mubarak cree que es mucho mejor permitir que sufran unos pocos individuos que la sociedad en su conjunto caiga en el caos”.

Empero, esa imagen de cautelosa estabilidad fue otrora bien recibida en Occidente, temeroso de que la muerte de Sadat desatara una oleada de agitación que diera al traste con la concordia con Israel cuando Estados Unidos y sus aliados estaban asustados por la irrupción de la teocracia integrista en Irán.

En lugar de ello, Mubarak mantuvo la paz con Israel y evitó a Egipto el azote del extremismo islamista. Encaró los problemas que aquejan desde hace tiempo al mundo árabe: sofocante corrupción, el conflicto palestino-israelí y el integrismo religioso. Las reformas económicas fomentaron el crecimiento, pero sus beneficios sólo fueron disfrutados por unos pocos.                   

AP

LISTA NEGRA

Otros ex presidentes procesados


Saddam Hussein (Iraq), ejecutado el 30 de diciembre de 2006. Fue enjuiciado por la matanza de 148 personas en 1982, en la localidad de Duyail.

Alberto Fujimori (Perú) purga una cadena perpetua por dos matanzas perpetradas por un grupo paramilitar. 

Augusto Pinochet (Chile), fue procesado en varios sumarios, entre ellos el de encubrimiento de la desaparición de opositores, antes de fallecer en 2006, aunque nunca fue condenado.

Rafael Videla (Argentina) permanece preso por cadena perpetua desde 1885, acusado por crímenes de lesa humanidad.

Manuel Antonio Noriega (Panamá) cumplió 17 años de prisión en EU por narcotráfico; en 2010 fue extraditado a Francia y en 2011 a su país donde permanece en la cárcel

Charles Taylor (Liberia) fue condenado en mayo de este año por el Tribunal Especial de Sierra Leona a 50 años de prisión por crímenes de guerra y lesa humanidad.

Nicolae Ceaaucescu (Rumania) fue ejecutado tras ser declarado culpable del genocidio de más de 60 mil personas.

Slodovan Milosevic (Yugoslavia) acusado por crímenes de guerra cometidos en Kosovo, Croacia y de genocidio en la guerra de Bosnia.

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