Lunes, 02 de Diciembre 2024
Internacional | Existen relatos de quienes decidieron cambiar su vida

A 10 años, las historias del cambio sobreviven

Más allá de la catástrofe muchas veces contada sobre los efectos del ataque terrorista en EU, existen relatos de quienes decidieron cambiar su vida

Por: EL INFORMADOR

Dieciocho días después del fatídico 11 de septiembre de 2001, trabajadores laboran en el World Trade Center para remover escombros. A  /

Dieciocho días después del fatídico 11 de septiembre de 2001, trabajadores laboran en el World Trade Center para remover escombros. A /

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (05/SEP/2011).- El modesto apartamento en Brooklyn quedó en el pasado, con su diminuto jardín y restringido espacio. Atrás quedaron también las largas jornadas de trabajo, el afán por sobresalir en la profesión y una agitada vida social llena de amigos jóvenes y sin hijos.

Para Gillian Caldwell y Louis Spitzer, todo esto desapareció tal como desaparecieron las Torres Gemelas de Nueva York, ese fatídico día de septiembre 10 años atrás.

Hoy, viven en una casa amplia en un suburbio de Maryland, con un extenso patio que alberga un perro y un gallinero. La rutina diaria gira en torno a los niños: su escuela, sus clases de futbol y karate.

Los hijos se llaman Tess y Finley, que de alguna manera son símbolo del cambio de rumbo que sus padres decidieron tomar el 11 de septiembre de 2001.

“Fue una renovación completa”, dice Caldwell sobre sus reflexiones después de los atentados, que “me dieron claridad sobre quién soy y qué quiero ser en este mundo”.

Los ataques del 11 de septiembre transformaron al mundo, pero para alguna gente, la tragedia les alteró la vida de manera particular: algunos se mudaron, otros renunciaron a sus trabajos, descubrieron la espiritualidad o fundaron instituciones caritativas.

En Texas, una mujer decidió reconciliarse con sus padres, con quienes no hablaba desde hacía años.

En Rhode Island, un estudiante de secundaria abandonó sus planes de estudiar medicina y se incorporó a la fuerza aérea.

En Pensilvania, el tímido propietario de una ferretería decidió trabajar como voluntario narrando para turistas la suerte del avión que cayó allí el 11 de septiembre.

Y en un apartamento en Brooklyn, pocos días después de los ataques, una pareja neoyorquina decidió tener un bebé. Era algo que habían dejado para “algún día”, pero los trágicos sucesos les hicieron ver que nunca se sabe lo que nos depara el destino.

De prospecto de médico a teniente

Después de los ataques, mucha gente sintió la necesidad de hacer algo para mejorar sus vidas o las de los demás. Querían que algo bueno salga de algo malo, querían sanear sus heridas emocionales, darle nuevo rumbo a sus vidas.

“Sentí la necesidad de vivir a plenitud el resto de mi vida, sirviendo a la patria”, dice Nicholas Mercurio, quien era estudiante de secundaria en Providence, Rhode Island, cuando ocurrieron los ataques.

Tenía sólo 16 años y sabía exactamente lo que quería hacer, por lo menos hasta ese momento: estudiar medicina y convertirse en un cirujano cardiovascular. Pero los sucesos del 11 de septiembre le obligaron a pensar en cómo mejor servir a la sociedad. Fue cuando vio la marcha militar en el intermedio de un partido de fútbol estadounidense que se dio cuenta: quería incorporase a las filas, servir a su país.

“Hubiera podido continuar el camino que me había trazado, y hubiera tenido una vida muy cómoda y próspera, pero ¿cómo me sentiría?”.

Hoy, es teniente de la Fuerza Aérea.

Otro caso de una persona que decidió tomar decisiones importantes tras el atentado es el de Susan Russo, de Pearland, Texas.

Quedó tan conmovida que decidió reentablar comunicación con sus padres, con quienes no había hablado durante años luego del fallecimiento de su hermano.

Hoy en día, los llama a diario y los visita dos veces al año.

“Pensé que quería llegar a conocer a mi padre y a mi madre antes de que fallecieran”, dice Russo, una asistente administrativa de 53 años de edad. Los sucesos del 11 de septiembre, dice, “cambiaron mi vida totalmente”.

Los testimonios
Retrato de la realidad


Wendy Stark Healy escribió La vida es demasiado corta: Relatos de transformación y renovación después del 11 de septiembre. Contiene historias de gente que cambió su vida a causa del atentado terrorista.

Sacan provecho de la experiencia:

Esperan que el congreso apruebe red de emergencia
Policía y bomberos modernizan comunicación

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.-
El 11 de septiembre de 2001, cuando los bomberos entraron a las ardientes torres gemelas, sus radios dejaron de funcionar. Los policías en el sitio no podían escuchar las órdenes de sus comandantes y ninguna de las agencias que estaban respondiendo al atentado terrorista más sangriento en Estados Unidos podían comunicarse entre ellas.

Una década después de los ataques, las agencias de emergencias de Nueva York han modernizado sus equipos para adaptarse a lo imprevisto.

Las relaciones históricamente tensas entre la policía y los bomberos se han suavizado un poco: las agencias entrenan juntas y ahora puede comunicarse vía radio durante emergencias.

El personal de emergencia de esta ciudad, sin embargo, insiste que no es suficiente. Espera que se apruebe una legislación antes del décimo aniversario de los atentados para autorizar la creación de una red nacional a través de la cual los policías y bomberos de todo el país puedan comunicarse y compartir fotos, videos y otros datos cruciales.

Durante el 11 de septiembre hubo una convergencia de los peores problemas posibles en la tecnología de la comunicación: una red comercial atascada hizo imposible el uso de celulares y las redes de radio de la Policía y los bomberos eran incompatibles.

Según el departamento de bomberos de Nueva York, no obstante, el problema principal fue el daño a una infraestructura llamada de repetidores, que hacia funcionar las señales radiales en las torres gemelas. Eso dejó a muchos comandantes y bomberos sin la posibilidad de comunicarse. Los bomberos en las escaleras no podían escuchar las órdenes de evacuación y, como resultado, murieron 343 de ellos.

En el sitio murieron 23 policías, además de 37 agentes de la Autoridad Portuaria de Nueva York y de Nueva Jersey.

Los líderes de la ciudad prometieron arreglar muchos de los problemas y lo han hecho, empezando por los más graves. Aún continúan puliendo sus capacidades y refinando su tecnología.

Para el departamento de bomberos la prioridad era añadir redundancia a su sistema, a fin de que sus radios funcionen a pesar de cualquier daño.

Construyeron repetidores portátiles para que sus radioteléfonos puedan funcionar en un edificio alto o dentro del metro, dijo Edward Kilduff, el jefe del departamento. Esas herramientas se hicieron parte de los simulacros de emergencia del departamento.

Aunque aún existen tensiones, los departamentos colaboran mejor. Se creó o se modificó la tecnología para permitir a los helicópteros policiales proporcionar información a los bomberos en el sitio de una emergencia.

Con nada más encender sus radios, los comandantes de los bomberos pueden contactar los operadores de radio de la Policía para abrir una línea de comunicación a través de una banda policial y los departamentos realizan simulacros conjuntos en edificios altos, en túneles y en sitios importantes.

Afuera de la ciudad, la Policía de Nueva York opera una banda radial en una onda regional que permite que las diferentes agencias se comuniquen durante una emergencia, pero eso no es suficiente, afirmó el subdirector de la Policía, Charles Dowd.

Los senadores demócratas Jay Rockefeller y Kirsten Gillibrand, así como el congresista republicano Peter King, promueven una iniciativa de ley para financiar una red de emergencia nacional. Se calcula que su costo sería de entre 10 mil y 12 mil millones de dólares.

Esperar no es una opción, afirman los promotores de la legislación.

FRASE

''
Todavía tengo pesadillas de policías llamando para pedir ayuda, sin poderles contestar ''

Bruce Adler,
operador de radio en el S11.

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