“Jineteo”

No se sabe si los cursos de Biblia continúan en Casa Jalisco. Se ignora si, a raíz del mini-escándalo (una mancha más al dálmata...) que se armó cuando se supo de ellos, se decidió suspenderlos “hasta nuevo aviso”. Se ignora, caso de continuar la piadosa práctica, su grado de avance. ¿Se pasó ya, en los tres años y pico transcurridos desde entonces, del Génesis al Éxodo o del Números al Levítico? ¿Se llegó ya, incluso, al Deuteronomio? De ser así, ¿se estudió ya a Malaquías, en el último libro del Antiguo Testamento? ¿Se habrán suspendido, acaso, abruptamente los cursos, al darse “alguien” por aludido por los severos reproches de Dios (“Os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; por tanto, yo también os torné viles y bajos a todo el pueblo...”), a través de su mensajero? —II— El caso es que el anfitrión por excelencia de aquellos célebres cursos acaba de protagonizar un zafarrancho verbal más (el enésimo, según los entendidos), so pretexto de la cada vez más próxima inauguración de los Juegos Panamericanos de Guadalajara, con algunos que deberían de ser sus aliados en esa empresa, concebida, supuestamente, para mayor gloria, orgullo y lustre —modestia aparte— de la gran Guadalajara. Se trata de la acusación, a nivel de declaración periodística, del alcalde de Zapopan, Héctor Vielma, en el sentido de que el Gobierno del Estado, desesperado por la necesidad de “jalar” recursos para los dichosos Panamericanos, está “jineteando” los correspondientes a programas sociales de los municipios y del Fondo Metropolitano. Se trata asimismo de las aseveraciones del alcalde de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, en el sentido de que el municipio no tiene por qué comprometer sus dineros en una empresa —o aventura, para ser más exactos— que ya es más estatal que municipal. Y se trata, en fin, de la respuesta del aludido, en el sentido de que tales dichos carecen de veracidad... aunque sin aportar pruebas de ello. —III— Con cursos de Biblia en Casa Jalisco o sin ellos, la moraleja de la historia se desprende por su propio peso: para que los Juegos Panamericanos den, en beneficio de la imagen de Guadalajara (y anexas) los frutos apetecidos, sería recomendable que los gobernantes, en todos los niveles, hicieran el esfuerzo por dar señales de unidad; por remar todos en el mismo sentido... so pena de incurrir en lo que advierte el susodicho Malaquías: “El que no siembra conmigo, desparrama”. JAIME GARCÍA ELÍAS / Periodista y conductor radiofónico.