Entre festejos y lanzamientos: pobreza

Los responsables del gobierno de este país se han dado a celebrar desde un bicentenario trasnochado excesivo en gasto, hasta precampañas y festejos, pero se han olvidado de lo medular: en este país, por su inoperancia, discapacidad y falta de responsabilidad, hay ya 52 millones de pobres. Y la velocidad en la que esta condición, minimizada por las autoridades, crece, es de ocho mil personas diariamente. Una situación que dice todo del Estado. Una situación que no ha sido atendida más que con programas de dádivas que no apuestan por el desarrollo y sí por el clientelismo, uno que cuando el PAN era disidencia criticaba, pero que ya en el poder le ha sacado raja, sin que este gasto represente la incentivación de economías regionales en zonas de pobreza. No obstante que creció la pobreza de ingresos a 58.5 millones; que la pobreza extrema aumentó a 21.8 millones, los hacedores de la vida pública de este país echan sus campanas al vuelo para —sin sentido de la vergüenza, menos de la autocrítica— buscar otro puesto que les garantice más de lo mismo, para ellos: bienestar, para la población: más pobreza. Porque el que en este país —de bonanza para bancos extranjeros— haya aumentado la pobreza alimentaria y sea mayor la pobreza patrimonial, dice de los deshaceres sexenales y si no, un ejemplo: a pesar de la carencia de empleos, en diciembre, con el beneplácito de las autoridades, se quitarán todos los aranceles a la importación de zapatos chinos… es decir, quienes deben cuidar la economía mexicana dan la puntilla a la industria del zapato en Guanajuato y, claro, en Jalisco, descuidando a este sector y los empleos que genera, desde la Federación y desde el Ejecutivo del Estado. Porque Jalisco era ejemplo de empuje y crecimiento económico, pero hoy le superan en combate a la pobreza Morelos, Coahuila y Puebla, lo que deja al Estado mal parado, pues ya hay amplias zonas de esta capital con casas de cartón, evidencia de que un tipo de pobreza muy agudo —antes no conocido en Guadalajara— se ha generado por un mal hacer de políticas económicas gubernamentales. Pero eso sí, se festejará a los padrinos del sexenio estatal y se da marcha —con carteles y spots televisivos— a la precampaña del Ejecutivo de esta Entidad. En medio de los despilfarros del dinero de todos, un punto a recordar: la pobreza y la falta de oportunidades —empleo y educación— son los detonadores de la inseguridad… y la falta de desarrollo equitativo genera la ruptura del tejido social, rasgaduras que tienen sus negativos efectos en la convivencia. Aunque, claro, para mitigar, funcionarios federales señalaron, con cara compungida, que les “duele mucho la pobreza”… No será tanto, cuando a pesar del extremo “dolor” que padecen: a la pobreza, desde las alturas, la inducen a crecer.