Jueves, 26 de Diciembre 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Carisma y velocidad

Por: Guillermo Vaidovits

Ayrton Senna fue un brasileño, piloto de Fórmula Uno, que murió en 1994 durante una carrera en Italia. Mismo año en que Asif Kapadia estudiaba cine en el Royal College of Art, y carecía de cualquier clase de afición por las competencias deautomóviles. Una década después, Kapadia se interesó por el legendario conductor y el resultado es una estupenda película hecha, no para el aficionado sino, para esa nebulosa entidad que se llama: todo público. Senna es una película que se destaca entre los superhéroes, las catástrofes, y las caricaturas de la temporada, porque en vez de tratar de manipular nuestra imaginación, nos deja contemplar una vida. Es un documental cargado con suficientes emociones, suspenso, y drama; características que por costumbre atribuimos más a la ficción que a ése tipo de cine. Como lo hiciera Werner Herzog en El hombre oso(2005), que en vez de filmar utilizó grabaciones ya existentes; Kapadia construye al protagonista con el material que de él quedó registrado en miles de horas de noticias, entrevistas y filmaciones de todo tipo. Eso le permite evitar la intervención de narradores, o cabezas parlantes, que son el recurso más socorrido de los documentalistas, pero que también muchas veces interrumpen la naturalidad del avance del relato cinematográfico. Elcineasta introduce a Senna con un fragmento en donde el automovilista habla de sí mismo recordando su viaje a Europa a los 18 años para competir en unas carreras de GoKarts. Las imágenes dejan ver un joven que mira a la cámara, que  a veces sonríe, que otras veces tiene expresión seria y concentrada, lo muestran también en la pista corriendo su pequeño vehículo. A partir de ahí se despliega poco a poco un argumento complejo con varios giros de interés. El campeón brasileño fue un hombre que adquirió celebridad, vivió rápido y murió joven, aspectos todos que ofrecen una inmejorable oportunidad a los conflictos. La trama se desarrolla a través de ellos. El novato que llega a la categoría de Fórmula Uno se integra a un equipo consolidado con sano espíritu deportivo y descubre la rivalidad, primero soterrada y luego franca, del compañero más veterano. El francés Alain Prost toma en ese segmento el rol de antagonista, y el director alcanza a convertirlo en alguien antipático. Aparecen entonces  los siguientes adversarios del joven idealista: la manipulación, la política y los intereses creados alrededor del automovilismo. Cuando eso parece languidecer de interés, el cineasta vuelve a crecer la tensión con la presencia de un nuevo factor. Los competidores agregan computadoras a sus máquinas, y ante eso el conductor que sólo depende de la  destreza humana queda en desventaja. En el tramo final, el relato enlaza un último asunto: la preocupación del piloto por el peligro y el presentimiento de un desenlace fatal. Estimulante y asombrosa, la película de Kapadia trasciende lo informativo y el mero homenaje, entregando el retrato ecuánime de la belleza y el infortunio de la naturaleza humana.

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones