Viernes, 04 de Octubre 2024
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Cultura

Hospicio Cabañas: “En Guadalajara las cosas se hacen con miras a trascender”

La historia del hoy Museo Cabañas abarca desde su época en la que fue la Casa de la Misericordia hasta albergar actualmente exposiciones emblemáticas

El Informador

El Hospicio Cabañas, hoy conocido como Museo Cabañas, es uno de los edificios más emblemáticos y significativos de Jalisco. Este imponente recinto ha sido testigo de la evolución de Guadalajara, una ciudad que, a lo largo de los años, ha demostrado tener una visión que trasciende el tiempo. 

Samuel Gómez Luna, cronista de la ciudad, lo describe como “un emblema que demuestra que en Guadalajara las cosas se hacen con miras a trascender”. Este reconocimiento no es gratuito, pues el edificio fue la Casa de la Misericordia diseñada y creada por el Obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas, y hoy alberga los murales de José Clemente Orozco, uno de los gigantes del muralismo mexicano.

Para entender la importancia del Hospicio Cabañas, es crucial conocer su historia desde una perspectiva cronológica. Si un extranjero preguntara sobre su origen, una breve descripción comenzaría con su ubicación. El edificio fue concebido para estar cerca del río San Juan de Dios, lo que permitía alimentar los huertos que se encontraban en la Casa de la Misericordia, como originalmente se llamaba. Esta misión de caridad, ideada por Cabañas, tenía como propósito albergar a los más necesitados, aquellos que eran socialmente rechazados. En palabras de Gómez Luna, “la misión que tuvo Cabañas fue crear esta Casa de la Misericordia para darles un espacio a los menesterosos, una especie de casa, vestido y sustento de la época”.

Al servicio de las tropas

El edificio no sólo fue un refugio para los más desamparados, sino que también fue testigo de momentos históricos decisivos para México. Desde la llegada de Hidalgo, pasando por la Revolución y la Guerra Cristera, el Hospicio Cabañas ha jugado un papel crucial. Durante un tiempo, incluso, fue utilizado como cuartel por las tropas. A pesar de estos avatares, la Casa de la Misericordia tuvo que adaptarse y proteger los murales que José Clemente Orozco pintaría tiempo después. Hoy, el edificio forma parte del Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO, un reconocimiento que los tapatíos y jaliscienses tienen el privilegio de apreciar cada vez que contemplan la obra maestra de Orozco.

El 5 de diciembre de 1997, EL INFORMADOR publicó que el Museo Cabañas fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. EL INFORMADOR

CRONOLOGÍA

El Cabañas, al paso de los años

  • En 1796 el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo llegó a México con el propósito de construir un albergue para niños huérfanos, ancianos y desamparados; el obispo solicitó al arquitecto valenciano Manuel Tolsá el diseño de este proyecto, y Tolsá delegó la ejecución de la obra a su alumno José Gutiérrez.
  • En 1810 fue inaugurado el edificio, bajo el nombre de “Casa de la Caridad y la Misericordia”; destaca por su arquitectura neoclásica. Su fachada presenta un frontón liso sostenido por seis columnas dóricas y una cúpula en la capilla mayor sostenida por columnas dóricas y jónicas. En su interior, cuenta con 23 patios rodeados de largos pasillos cubiertos por arcos y pilares toscanos. La segunda capilla, más sobria y conocida como “Tolsá”, sirvió como refectorio.
  • El edificio ha tenido diversas funciones, desde orfanato hasta cuartel durante la Guerra de Independencia. Su época dorada fue entre 1859 y 1874 cuando las Hermanas de la Caridad administraron el lugar, consolidando el proyecto iniciado por el obispo Cabañas y continuando con labores asistenciales. 
  • En 1912, la escuela del Hospicio comenzó a ser gestionada por la Dirección de Educación del Estado de Jalisco.
  • Entre 1937 y 1939, el artista José Clemente Orozco creó 57 frescos, destacando el “Hombre de fuego” en la cúpula abovedada.
  • En 1980, por decreto gubernamental, el Hospicio Cabañas fue transformado en un espacio para la difusión de las artes, inaugurando oficialmente como Museo Cabañas en 1983. 
  • En 1997 el recinto fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. 

Testimonio compartido

Capilla Mayor del Museo Cabañas, donde se encuentran 57 murales del artista jalisciense José Clemente Orozco. EL INFORMADOR/Archivo

La historia del Hospicio Cabañas es, en muchos sentidos, la historia de Guadalajara. Es un testimonio de la visión y el esfuerzo de aquellos que lo construyeron, de los artistas que lo embellecieron y de las generaciones que han pasado por sus muros. Hoy, como Museo Cabañas, sigue siendo un faro de cultura y arte, un lugar donde la historia y la modernidad convergen, y donde los visitantes pueden reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de la humanidad.

La maestría de Orozco

“Hombre de fuego”. Este mural es un testimonio del poder del arte para elevar el espíritu humano. EL INFORMADOR/Archivo

 

La transformación del Hospicio Cabañas en un recinto cultural de renombre mundial no se entendería sin la intervención de José Clemente Orozco. Fue gracias a la invitación del gobernador Everardo Topete que Orozco llegó a Guadalajara. “Todo este movimiento surge motivado, inspirado por los acuerdos que la revolución tomó, donde se consideró que el muralismo forma parte de la expresión del pueblo y que, además, serviría como un baluarte para la educación”, explica Gómez Luna. 

Orozco aceptó el desafío y plasmó en los muros de la capilla del Hospicio momentos claves de la historia de México con la maestría que lo caracterizaba.

Uno de los murales más emblemáticos es el “Hombre de Fuego”, una obra que ha sido objeto de múltiples interpretaciones. De acuerdo al cronista, “la interpretación de las obras ha sido ampliamente estudiada, pero debemos entender que es la transmutación del hombre. Cuando uno contempla este hombre en llamas, se da cuenta de que se trata del hombre que está ascendiendo, que de alguna forma logra vencer la barbarie a través de las artes. Este mural es un testimonio del poder del arte para elevar el espíritu humano, un recordatorio de que, como los griegos decían, el hombre se equipara a los dioses cuando se encuentra en un estado de profunda conexión con el arte”, comparte el cronista.

Cabe señalar que para Samuel Gómez Luna, el Museo Cabañas es un lugar donde los milagros son posibles: “Siempre he creído que en Guadalajara los milagros son cotidianos, y cuando uno ingresa a la capilla para observar al ‘Hombre de Fuego’, es impensable que no sienta que en esos momentos está tocando la divinidad”, reflexiona. Esta conexión entre lo divino y lo humano, entre el pasado y el presente, es lo que hace del Museo Cabañas un lugar tan especial.

Culmina la gestión de Susana Chávez Brandon

Susana Chávez Brandon. Directora del Museo Cabañas. EL INFORMADOR/Archivo

A pocas semanas de concluir su ciclo 2018-2024 al frente del Museo Cabañas, Susana Chávez Brandon compartió con El INFORMADOR reflexiones sobre los retos y logros que marcaron su gestión. Desde el inicio, Chávez se enfrentó a la difícil tarea de transformar el enfoque y hacerlo más cercano al público: “El principal reto fue transformar el espacio, de un museo con un fuerte enfoque tradicional, a un museo vivo, cercano a las personas”, destacó la directora. Su objetivo era que los visitantes no sólo vivieran una experiencia estética, sino que las exposiciones y programas públicos fomentaran la reflexión y el pensamiento crítico.

Durante sus seis años al frente del museo, se propuso derribar las barreras que la palabra “museo” podía generar en las personas, una tarea compleja dado el carácter imponente del edificio. Para lograrlo, Chávez y su equipo desarrollaron un programa de exposiciones constante y sólido, acompañado de un programa público con actividades educativas y de mediación. 

Entre las iniciativas más destacadas estuvieron las “Noches de Museos” y el rescate de la tradición del cine en el Cabañas. “Queríamos generar un museo dinámico, activo e incluyente, objetivos que al día de hoy creemos que hemos cumplido”, afirmó.

A pesar de los logros, Chávez reconoce que quedan asignaturas pendientes. “Recuperar los niveles de afluencia que se alcanzaron en el 2019 es un reto importante, así como continuar trabajando para disminuir la brecha de género en el programa expositivo”, señaló. Aunque el museo ha avanzado en la inclusión de mujeres curadoras, aún queda trabajo por hacer para visibilizar más a las artistas.

La pandemia de COVID-19 y los seis meses de cierre total también marcaron su gestión. En retrospectiva, Chávez ve ese tiempo como una oportunidad para reorganizar el museo internamente. “Nos permitió enfocarnos en fases internos que normalmente el día a día no permite”, explicó. 

Durante ese tiempo, el museo digitalizó todas sus piezas, lo que ahora permite su consulta en línea a través de una página web renovada que proyecta un museo moderno y vivo.

Entre las obras y colecciones que alberga actualmente el Museo Cabañas, destacan los 57 murales al fresco de José Clemente Orozco, junto con una colección de bocetos y 10 piroxilinas del muralista jalisciense. También se resguarda la Colección Mathias Goeritz y la Colección del Pueblo de Jalisco, que incluye trabajos de artistas como: Dr. Atl, Jorge Camarena, Jorge Enciso, Juan Soriano, Chucho Reyes, entre otros, además de una importante colección de Arte Popular.