El año pasado, el Área Metropolitana de Guadalajara tuvo más días de contaminación atmosférica en un nivel elevado que la Ciudad de México (CDMX). En la urbe jalisciense se registraron 16 días con muy mala calidad del aire; es decir, con más de 150 puntos del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (Imeca), mientras que en la CDMX solamente cuatro días cumplieron con este criterio.Sebastián Gradilla, director de Protección y Gestión Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), explica que la medición del Imeca entre ambas ciudades es comparable porque se usa la misma metodología para su cálculo, que es el reflejo de dos contaminantes criterio: partículas menores a 10 micras (PM10) y ozono. “En el tema del ozono del Valle Metropolitano de la Ciudad de México se tienen concentraciones más elevadas. En 2016, ellos tuvieron una concentración mayor que Guadalajara, en la época de calor”. Sin embargo, acentuó que al revisar los datos de las concentraciones anuales de partículas PM10, Guadalajara aparece en los primeros lugares a nivel nacional, por encima de la capital del país. Detalla que este contaminante se acumula sobre todo cuando hay una inversión térmica y tiene que ver con quemas agrícolas, incendios de terrenos baldíos o procesos industriales que involucran combustión (por su parte, el ozono se relaciona más con las emisiones vehiculares).“Tenemos más días con más mala calidad del aire porque tenemos el área de Las Pintas, con características particulares, que propician partículas PM10. Quizá esto no se ve tan reflejado en la Ciudad de México”.El titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Sergio Humberto Graf, ya precisó que en los próximos días presentará la estrategia para mejorar la calidad del aire en la ciudad.Mientras tanto, en el Área Metropolitana de Guadalajara se registraron 84 emergencias ambientales en 2018, 24 más que el año previo.Contaminación en Guadalajara y la Ciudad de México en 2018El año pasado, solamente 130 días cumplieron con la norma de calidad de aire en la ciudad, equivalente a menor o igual a 100 puntos del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (Imeca). Se trata de 90 días menos que 2017 y el peor registro desde 2012, según datos del Monitoreo de Indicadores de Jalisco (MIDE).“La mayor frecuencia de inversiones térmicas durante el mes de noviembre (2018) han contribuido a la concentración de los contaminantes atmosféricos. Por la misma razón, el número de días con mala calidad del aire y con precontingencias atmosféricas en el Área Metropolitana de Guadalajara, por el mismo contaminante, se ha visto incrementado”, justificó la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) a través de MIDE.Durante 2018 aumentaron los días con “mala calidad de aire”, en los cuales se pueden presentar efectos a la salud, en particular para los grupos vulnerables.Mientras que en el 2017 se registraron 129 días en el parámetro de entre 100 y 150 puntos Imeca, el año pasado la cifra se incrementó a 219 días.Sebastián Gradilla, director de Protección y Gestión Ambiental de la Semadet, explica que cada año cambian las condiciones meteorológicas.“Cuando tenemos periodos de inversión térmica, hay días propensos a la mala calidad del aire… año con año pueden haber diferentes resultados. Estamos haciendo una evaluación importante del histórico para ver de qué manera pueden disminuir las prácticas”.Acentúa que el contaminante que más preocupa es el de partículas menores a 10 micras (PM10), que se dispara frecuentemente en la época invernal.“Se acumulan cuando hay poco viento, todas las partículas se quedan concentradas y puede ser peligroso. Esto no sucede en otras épocas del año”.A comparación de la Ciudad de México, en los indicadores de Guadalajara no se detallan cuántos días son “limpios”; es decir, menores a 50 puntos Imeca, cuando se pueden realizar sin problemas actividades y ejercicios fuera de casa.El director de Protección y Gestión Ambiental considera que sería interesante incluir la clasificación en el sistema de Jalisco.GUÍACalidad del aire buenaDe 1 a 50 puntos Imeca.Ideal para realizar actividades al aire libre en cualquier zona del área metropolitana.RegularDe 51 a 100 puntos Imeca.Se pueden realizar actividades al aire libre.Pueden presentarse posibles molestias en niños y adultos mayores, así como en personas con enfermedades respiratorias.MalaDe 101 a 150 puntos Imeca.Se pueden presentar efectos a la salud, en particular para grupos vulnerables, como personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, adultos mayores y niños. Se recomienda evitar actividades al aire libre.Muy malaDe 150 a 250 puntos Imeca.Se relaciona con mayores efectos adversos a la salud en población en general, particularmente niños, adultos mayores y personas con enfermedades cardiovasculares y/o respiratorias, como el asma.Se pide que la población que no salga de casa y cierre ventanas.Calidad del aire extremadamente malaMás de 250 puntos Imeca.Niveles causantes de efectos adversos a la salud de la población, en particular niños y adultos mayores con enfermedades cardiovasculares y/o respiratorias.Se pide que la población no salga de casa y cierre ventanas. Puede haber complicaciones graves en los niños y los adultos mayores. Se pide no usar el automóvil.TELÓN DE FONDOQuedan proyectos en promesasLa pasada administración de Aristóteles Sandoval prometió diversas estrategias para mejorar la calidad del aire en la ciudad. Además de un nuevo esquema de verificación, propusieron implementar un programa de movilidad escolar, regular el sector ladrillero, retirar autos contaminantes y promover el uso de la Línea 3 del Tren Ligero y el programa MiBici (este programa fue el único con resultados positivos).También se planeó promover un plan maestro de movilidad integral (que debería haberse publicado en 2012), la verificación y la mejora de prácticas operativas del transporte pesado, la renovación de flotas privadas y de uso intensivo, la autorregulación y la auditoría de la industria, impulsar que industrias usen combustibles limpios y de bajo azufre, así como regular la extracción en bancos de materiales.Durante el sexenio pasado no se logró la reubicación del sector ladrillero, la Semadet heredó su proyecto de transporte en escuelas, se mantuvieron los vehículos contaminantes, la nueva ruta de tren no fue inaugurada y tampoco se mejoraron distintas normas.Solamente se logró ampliar el programa MiBici, con 34 estaciones nuevas y el crecimiento de 24 estaciones. También se compraron asientos más cómodos y repelentes al agua, manubrios y timbres. Con la inversión de 55.8 millones de pesos, suman 274 estaciones en Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, las cuales son usadas por más de 40 mil usuarios.El titular del Instituto Metropolitano de Planeación del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan), Mario Silva, adelantó la semana pasada que el sistema de medición ambiental será coordinado por el organismo. “Haremos una inversión de cinco millones para mejorar y ampliar la red de monitoreo”.Indicó que en la mesa metropolitana de medio ambiente fusionaron las dependencias estatales, ya que no se logró obtener los indicadores esperados. Informó que, para 2019, crearán el modelo operativo de coordinación metropolitana, desde donde se coordinarán ciertos servicios públicos. También dijo que la otra agencia en proceso de incubación es la de bosques urbanos, que implicar la administración de los 11 parques de la Zona Metropolitana de Guadalajara, el Parque Metropolitano, el Parque Montenegro y el Parque Solidaridad.Mario Silva remarcó que se debía pensar sobre la responsabilidad ciudadana e institucional en materia de la calidad de aire.Por ejemplo, en temas en los que los habitantes prenden fogatas o queman pirotecnia, hechos que incidieron para que el pasado 25 de diciembre se registraran 324 puntos Imeca. “Es imposible que este trabajo ocurra si no hacemos esta reflexión”.La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) invirtió 20 millones de pesos en la rehabilitación de 10 estaciones de monitoreo atmosférico y siete pantallas informativas, de las cuales cuatro ya no funcionaban.Los trabajos, realizados el año pasado, consistieron en la renovación de sensores meteorológicos, actualización de software, reparación de pisos y la homologación en equipos de monitores PM10, entre otras acciones. Este medio publicó que varios especialistas consideraron que el sistema era insuficiente, ya que comenzó a operar en el año 1995, cuando el tamaño de la ciudad era menor. Por ese motivo recomendaron que el sistema debería crecer al menos cuatro veces más; es decir, contar con al menos 40 estaciones para medir la calidad del aire.Abraham Gobel, presidente de la Asociación de Talleres para las Emisiones y Reparaciones Vehiculares, responde que las fallas de la anterior administración son las responsables en el aumento de los días con mala calidad de aire en el Área Metropolitana de Guadalajara.“Jamás habíamos tenido estos problemas de contaminación cuando trabajaban los programas anteriores. La mala calidad del aire es culpa de las autoridades, que no hicieron su trabajo ni aplicaron medidas”.Recalca que proponen un proyecto que congeniaría con la nueva norma ambiental que se trabaja a nivel federal. “Es un sistema de OBD, como se verifica en otros países, a través del cual lo metes a las computadoras de los vehículos y lee todos los problemas que puedes tener; por ejemplo, cambiar los filtros o los escapes”.Remarca que proponen acompañar ese proyecto con un sistema que impide la corrupción para no engañar a la máquina de gases, así como incrementar la vigilancia en los talleres autorizados.“Sí hubo trampa, por eso propusimos un software que baja 90% la corrupción, para que no se pueda meter un carro por otro, pero a la Semadet no le interesó”.El líder de talleres considera que los verificentros no servirían para mejorar la calidad de aire en la ciudad, ya que el proceso sería más costoso y tedioso para los ciudadanos, ya que no ha dado resultados en ningún Estado del país.“En un verificentro deberás formarte y, si no pasas la prueba, de todas formas vas a pagar. En cambio, en nuestros talleres no se cobra, se informa de la importancia de afinar, ya que el holograma no resuelve el programa de contaminación”.Puntualiza que no tiene caso que se aprueben los verificentros si existirá una nueva norma.“La nueva norma va a decir exactamente cuánta carga emite el vehículo; es decir, cuánto pesa para decir cuánto está contaminando, como en el Valle de México, entre otros aspectos técnicos”.Agrega que mantendrán acciones legales para evitar la implementación de estos verificentros, que ya fracasaron en la década de los ochenta. Para ello presentarán demandas penales por delitos ambientales contra la administración anterior, mientras a las nuevas autoridades les entregarán sus demandas e iniciarán procedimientos a nivel federal.Recuerda que ya existen alrededor de 100 amparos contra los verificentros en tribunales de distrito, luego de que el anterior gobernador, Aristóteles Sandoval, publicara en 2016 el decreto de concesión de 305 líneas de verificación por 10 años. “Era una afectación, un atentado, contra las garantías de los talleres acreditados vigentes. Son federales estos juicios, están casi en todas las salas. Desconozco si se nos otorgó la suspensión, porque no se han resuelto”.LA VOZ DEL EXPERTOHermes Ramírez (director del Instituto de Astronomía y Meteorología)El Gobierno y los ciudadanos deben tomar acciones concretas para disminuir la contaminación atmosférica de la ciudad, que ya está provocando un problema importante en la salud pública en la Entidad, destaca el director del Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM).Indica que es necesario que las autoridades fomenten políticas públicas, mientras que los ciudadanos podrían afinar sus automóviles, usar vehículos privados solamente en casos necesarios y compartir trayectos.Subraya que desde hace varios años se ha detectado que hay periodos en donde la metrópoli registra un mayor índice de contaminación que la Ciudad de México, y aunque considera que la población no debe alarmarse, es urgente que se tomen medidas al respecto.“Las mediciones (Imeca) quieren decir que hubo un periodo en el cual llegó a esos índices, no todo el tiempo, pero sí hemos tenemos niveles más altos, por minutos, y en algunas ocasiones por horas”.Acentúa que esto se debe, principalmente, a que en la capital del país se han fomentado más políticas públicas para mejorar la calidad del aire. “Aquí el año pasado se habló del fondo verde, transporte escolar, pero nada ocurrió. En la Ciudad de México llevan años que trabajan en medidas transversales”.El especialista remarca que en la CDMX hay programas como el Hoy no circula que han ayudado a disminuir la polución, pero también cuentan con vialidades con semáforos sincronizados y son más estrictos con las revisiones a vehículos de uso rudo. Además de que influyen factores como el viento, ya que en la capital son de mayor intensidad y ayudan a dispersar contaminantes.Enfatiza que la calidad de aire podría ser peor, ya que los sistemas de ambas ciudades solamente registran contaminantes criterio; es decir, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, ozono, partículas menores, partículas suspendidas y bióxido de azufre. Los contaminantes que normalmente rebasan la norma son las partículas suspendidas (PM), en el periodo invernal, y el ozono, en verano.“No se mide el plomo y otros como los compuestos orgánicos volátiles, metano, plomo, metales pesados, antibióticos y hormonas que podrían estar en el ambiente. Hay que empezar a medir ese tipo de sustancias”. Explica que cuando se rebasan los 150 puntos Imeca, los ciudadanos absorben gran cantidad de gases nocivos para la salud, lo que provoca enfermedades.TESTIMONIOFermina Barajas dice que ha presentado algunos problemas de salud desde que se cambió a vivir a la colonia San Jacinto de Guadalajara, hace dos años. En diferentes épocas del año sufre malestar en los ojos porque se le resecan los lentes de contacto debido a la contaminación atmosférica, sobre todo cuando detecta que prenden llantas cerca de su casa o hay incendios.En esos días, evita salir a correr al parque San Jacinto y cierra las ventanas de su departamento. Se coloca unas gotas y su método es esperar a que las contingencias terminen. Sin embargo, afirma que no había padecido las consecuencias de la polución de una forma severa hasta los festejos del pasado fin de año.Relata que la noche del 24 de diciembre acudió con su familia al barrio Beatriz Hernández, pegado a Oblatos. A las 22:00 horas regresó a su casa y se encontró con la calle blanca de tanto humo.“Olía a muchísima pólvora, en el recorrido que hicimos por la avenida San Jacinto hasta San Rafael parecía que habían aventado bombas en toda esa zona”.La mañana de Navidad caminó en la calle y en la noche le ardían los ojos. Tomó medicamentos para contrarrestar los efectos, pero su situación empeoró el 31 de diciembre.“Nos dimos cuenta que otra vez hubo mucha quema de llantas, madera, muebles abandonados o ese tipo de cosas que se dejan en la calle. Entre Oblatos y Tlaquepaque fueron de los puntos con mayor contaminación”.Añade que después del 1 de enero presentó síntomas de una rinofaringitis.“La doctora coincide en que pudo haber sido por la contingencia, ya que no presenté escurrimiento nasal ni problemas de garganta. No fue una infección viral sino por la contaminación de la zona”.Este medio publicó que por la contingencia atmosférica Fase 3 del pasado 25 de diciembre, 311 personas acudieron a centros de salud por problemas respiratorios, principalmente de colonias cercanas a Tlaquepaque y Tlajomulco.Sigue: #DebateInformador¿Su vehículo cuenta con la verificación vehicular de 2018?Participa en Twitter en el debate del día @informador