¿Cuáles son los choques que han tenido la UdeG y el gobernador?

Todo comenzó el pasado mes de agosto, cuando el Gobernador del Estado decidió que el sistema educativo regresaría a clases presenciales el 30 de agosto, tras poco más de un año en la virtualidad debido a la pandemia por el COVID-19.

El mandatario estatal se sumaría a la medida impulsada por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien señaló entonces que existían las condiciones necesarias para llevarlo a cabo.

Sin embargo, se tenía entonces un rango alto de hospitalizaciones de jóvenes entre 16 y 30 años a causa del virus, por lo cual el rector de la Universidad de Guadalajara decidió aplazar el regreso a las aulas “por lo menos hasta el 15 de septiembre” para salvaguardar la salud de las y los estudiantes, que en su mayoría se encuentran en el sector etario mencionado, pues consideró, existía el riesgo de que los casos incrementaran, y con ello, aún más las hospitalizaciones. El presidente de la República señaló en su rueda de prensa “mañanera” que la casa de estudios no se sumaba a la medida “por tener fines políticos", y para usar el regreso a clases como una bandera a su favor.

Fue el 8 de agosto cuando el Gobernador de Jalisco solicitó a las y los diputados del Congreso de Jalisco que se retiraran a la UdeG 140 millones de pesos que formaban parte de lo proyectado para la construcción del Museo de Ciencias Ambientales que edifica la casa de estudios, comenzando así los desencuentros.

Un día después el rector emitió un posicionamiento en el cual lamentó el recorte, y tachó la medida como una venganza al no haber decidido no regresar a clases presenciales como lo había propuesto Andrés Manuel, cuando además la Universidad había estado apoyando al Gobierno Estatal en las labores de atención a la pandemia por el COVID-19.

De ahí vinieron dimes y diretes entre ambas figuras, hasta que la casa de estudios comenzó a manifestarse en las calles de la ciudad para exigir se le devolviera el recurso que incluso ya había licitado. Las mociones fueron apoyadas en todo momento por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) al ser parte de la UdeG, lo que les valió que el 19 de agosto el campamento que varios integrantes de este agrupamiento, estudiantes y vecinos de Huentitán, fueran desalojados por la fuerza pública del predio de Iconia donde se manifestaban desde el mes de marzo contra el proyecto inmobiliario que ahí se llevará a cabo.

La FEU acusó que la medida fuera tomada en represalia por apoyar a la UdeG respecto del retiro del dinero, además de por haber señalado irregularidades en el ejercicio de 11 millones de pesos en proyectos de inversión pública. A las declaraciones se sumó de nuevo Ricardo Villanueva, quien lamentó que se hubiera usado a la fuerza pública y señaló que respaldaría las causas de las y los estudiantes y vecinos de la zona, lo cual molestó aun más al gobernador.

El 11 de agosto, el rector de la UdeG informó su decisión de no asistir más a las mesas de Salud instaladas para dar seguimiento a la pandemia desde por considerar que su asistencia podría poner tensión a las reuniones, pero los investigadores de la casa de estudios se quedaron para continuar su labor dentro de las mismas.

Aunque el 27 de agosto ambas autoridades sostuvieron una reunión para tratar de impedir el recorte, no se llegó a ningún acuerdo y el tema continuó.

El 15 de octubre comenzaron las caminatas en la ciudad, por parte de alumnos, profesores y personal administrativo de la UdeG para entregar al Gobernador poco más de 330 mil cartas en señal de protesta por el retiro de los recursos, ante lo cual el mandatario salió a decir que “lamentaba que expusiera a los alumnos frente a la contingencia” y calificó la medida como “una irresponsabilidad”.

“Nunca había visto yo un acto tan irresponsable de las autoridades universitarias de, en medio de una emergencia sanitaria, hacer marchar a los jóvenes por un asunto que ni ellos entienden, y generar más bien un riesgo de contagios y, sobre todo, una muestra más de la manera como se está actuando por instrucciones de quien maneja el grupo que controla la Universidad”, dijo entonces el gobernador de Jalisco.

El 23 de septiembre, la Universidad de Guadalajara dio a conocer una serie de ataques virtuales en redes sociales en contra de la casa de estudios, provenientes de un granja de cuentas falsas, conocidas como “bots”. Aunque el fenómeno, dijeron las autoridades estudiantiles, no era nuevo, este incrementó relacionado con dicho contexto político.

El 28 de octubre, en tras la presentación del tercer informe de Gobierno del Gobernador, el rector de la UdeG señaló que las asignaciones hechas a la casa de estudios eran “tramposas” y no reflejan un apoyo verdadero por parte del Gobierno de Jalisco, pues aunque la presentación del mandatario señalaba un aumento superior al que realmente se había otorgado.

“Presumir que el Estado ha dado 1% más en relación al 52.48% (que le corresponde al gobierno federal) es el dato más tramposo. Si la correlación de la aportación estatal contra la federal se ha modificado es porque la Federación no nos ha dado dinero, no es porque Jalisco nos esté dando más”, dijo entonces Villanueva Lomelí.

Otro desencuentro vino el 05 de diciembre, cuando Enrique Alfaro señaló en sus cuentas de redes sociales que su administración ha apostado siempre por la educación dentro del presupuesto ejercido durante los tres primeros años de su administración, sin embargo Villanueva, también en redes sociales, lo desmintió señalando un nuevo recorte al presupuesto de la UdeG para 2022.

Si bien parecía que se habían calmado las aguas entre ambos personajes, esto no ocurrió así.

A finales de diciembre de 2021, el gobernador de Jalisco señaló “que los universitarios se sienten más cómodos sin trabajar”, debido a que la UdeG aplazó nuevamente, al 8 de febrero” el regreso a clases presenciales frente al nuevo pico de contagios de coronavirus “sin consultar a la Mesa de Salud sobre la decisión”.

La casa de estudios respondió al gobernador de sus declaraciones resultaban ofensivas, pues “desde dos años atrás la comunidad había estado trabajado a marchas forzadas, no sólo llevando las clases a la virtualidad, sino volcando todas sus capacidades para contener la pandemia”.

El conflicto más reciente entre la UdeG y el Gobernador se dio cuando el 29 de enero estudiantes del Centro Universitario de Tonalá, con apoyo de la FEU, se manifestaron en las inmediaciones del Parque Metropolitano por considerar que se excluía a su centro de estudios de los beneficios del Peribús.

El Gobernador desestimó la protesta y respondió que los jóvenes que se manifestaban eran “vividores” y les recomendó que fueran “por su bono y por su lonche”, y señaló que en 2009, fue la misma FEU la que se opuso a que el sistema de transporte llegara a Tonalá.El rector Ricardo Villanueva contestó que “aguanta los múltiples señalamientos del gobernador”, pero le pidió frenar las ofensas.