Vivir bajo las reglas de Moenia

GUADALAJARA, JALISCO (01/SEP/2012).- Si a Alfonso Pichardo, Alejandro “Midi” Ortega y Jorge Soto les hubieran dicho hace 20 años que el concepto de Moenia iba a sobrevivir, crecer y perdurar durante todo este tiempo, se hubieran sentidos asombrados. Y no porque dudaran de su capacidad como creativos, sino por lo caprichosa que puede llegar a ser la escena de la música en México. La longevidad es un tesoro poco común en la música.

Moenia regresa a la escena sonora con FM, una placa de 13 canciones que resume las dos décadas que tiene el grupo en los escenarios, con todos los sellos que tiene la banda: experimentación de sonidos electrónicos, letras bien estructuradas y un espectáculo sofisticado.

“Estamos muy contentos de seguir aquí, haciendo música, haciendo lo que nos gusta, y que siga teniendo conexión con la gente”, explica un sonriente Alfonso Pichardo. El vocalista de Moenia considera que el grupo camina “ligero” luego de cumplir dos décadas de vida. Cargan orgullosos con su pasado, pero no temen a experimentar con nuevas cosas. Se sienten listos para conquistar nuevos públicos donde sea, pero no les molesta presentarse en bares o discotecas semivacías en ciudades nuevas. “No le tenemos miedo a picar piedra, a empezar desde abajo. Nos estimula conquistar nuevas audiencias”, señala Midi.

La banda llegó a Guadalajara para participar en la semana en un festival de radio. El show sirvió para ofrecer una “probada” de su nueva placa. “Vemos con FM que es un disco que nos tardamos en hacer”, agrega Pichardo. “Nos tomamos nuestro tiempo antes de decir que está listo, y nos está yendo muy bien con la crítica, tanto con los fanáticos de siempre como con los que apenas nos están descubriendo”.

—Muchas bandas no llegan al año y se disuelven o pierden el impulso creativo. ¿Cómo lograron ustedes llegar a dos décadas sin pelearse?

—Jorge Soto: Es difícil permanecer en la escena musical actual, porque te enfrentas a nuevas propuestas cada dos meses, a las exigencias de las compañías, a las peticiones de las marcas, al escrutinio de los medios, todos siempre están esperando lo nuevo. Y eso de repente hace más difícil el proceso creativo.

Procuramos no presionarnos mucho por eso. Cada vez que hacemos un disco intentamos que el resultado sea el mejor. No habríamos presentado FM a menos que la música nos dejara completamente satisfechos.

—¿Hay fórmulas para componer hits?

—Jorge: Nunca lo hemos hecho pensando en que deban ser éxitos de radio. Creo que el verdadero éxito de la banda se mide en cómo se desempeña en las giras, en cómo lograr interpretar los temas en vivo de la misma forma en cómo suenan en el disco. Es algo que hemos ido logrando sin darnos cuenta.

—Al momento de crear “FM”, ¿qué tan sencillo fue el proceso de reinventarse, de no caer en la repetición?

—Midi: La verdad es que seguimos haciendo esto por gusto, porque nos encanta la música electrónica, porque estamos enamorados de los aparatos, de los sintetizadores y de las nuevas tecnologías. Y si lo haces de corazón, no te puedes repetir.

El proceso creativo del disco fue similar al que hemos usado en trabajos anteriores. Cada quien en su casa compone o viene con ideas nuevas para el material, cuando nos juntamos las comparamos, las enriquecemos y allí es cuando comienza el diseño general del disco.

—¿A qué le cantan en este material?

—Alfonso Pichardo: Son los temas de cualquier expresión creativa, no nada más en la música, sino en todo el arte. Queremos retratar la vivencia humana y cada banda tiene una forma en particular de hacerlo. Nosotros tenemos la nuestra. Creo que es un disco más liviano, con más luz, comparado con Solar, que estaba más “pesado” en muchos aspectos, más lleno de melancolía porque retrataba un momento que vivimos.

—¿Se puede hablar de que Moenia ya desarrolló un estilo que lo diferencia de los demás?

—Pichardo: Si, se puede decir que hay un fraseo, una forma. Pero es algo que se va desarrollando involuntariamente. De repente me di cuenta cuando repito mucho, por ejemplo, una palabra al momento de componer, o una construcción gramatical. Moenia tiene su simbología, su lenguaje, también hemos ido desarrollando elementos visuales que nos complementan.

—¿Existe alguna canción con la que hayan desarrollado una relación de “amor-odio”, que no sepan cómo reinventarla pero la tengan que tocar porque el público se las pide?

—Pichardo: Sí, hay canciones que de repente se vuelven pesadas, sobre todo porque lo que te emociona es tratar de tocar o buscar algo que no has hecho, eso es lo padre cada vez que iniciamos una gira, porque es descubrir cosas nuevas en el show.

Es cierto, hay canciones que las tienes que seguir tocando, porque el público te las pide. Yo puedo decir ahorita que, y no es que no me guste, no quiero que se malinterprete, Déjame entrar es una canción que me cuesta trabajo últimamente. Ya tenemos muchas canciones que pueden ocupar ese mismo lugar en el show. Uno piensa, “si pudiera sacar esta canción, lo haría, porque ya la hemos tocado tantas veces (risas), mejor le damos chance a otra canción”, pero no la vamos a quitar.

—Al menos se ha vuelto más fácil armar la lista de canciones para cada concierto, ¿no?

—Pichardo: El otro día nos pasó que estábamos curioseando en internet y nos encontramos una lista con todas las canciones que hemos hecho que son sencillos o éxitos. Contamos 25, y podríamos hacer un show, nada más de puros sencillos de radio. Eso da la idea de cómo batallamos para hacer un concierto, no nada más para darle gusto a quienes nos van a ver, sino para darnos gusto nosotros mismos.

FRASE

"Para un artista tener conexión con el público es como encontrar oro entre la tierra. Así de valioso es "

Alfonso Pichardo, vocalista de Moenia.

Para saber
Con el hambre intacta

Los 20 años de carrera y millones de discos vendidos no hacen que Moenia pierda el piso. Midi expone que “podemos ir a Los Ángeles y presentarnos ante un auditorio lleno. Pero luego vamos a una ciudad más pequeña, donde el lugar más grande es un bar o un restaurante y sólo esperan unas decenas de personas. Allí es donde nos damos cuenta que tenemos que estar ‘picando piedra’ de forma constante”.