Vamos al cine

GUADALAJARA, JALISCO (27/ABR/2011).- Fama y fortuna, belleza y amor, no son garantía de feliz realización de vida en el ser humano. La pasarela artística se encarga de mostrar caras de advertencia, algunas  adversas, plagadas de oportunidad y  no exentas de amargura.

Si fue tan sólo un sueño, duró casi 80 años. Ella, la intérprete, reflejó la ilusión de  niñas y jóvenes, que aún sin los ojos color violeta y mucho menos, dejaron volar la imaginación motivadas por la imagen, aún en blanco y negro, por no existir otra, al ritmo y trote del “noble bruto”, aquel caballo sobre cuyos lomos viajaba la esperanza y también el destino de la hermosa jovencita, Elizabeth Taylor.

Con premeditada intención dejamos transcurrir un mes antes de referir el recuerdo de aquella cinta; no la Cleopatra del hito famoso con el estipendio de un millón de dólares a la figura consagrada, sino aquella en que viajaba la ilusión sobre la pista ecuestre del escenario en que al triunfar desmaya y comienza la enseñanza de la vida: National Velvet, 1944, Sueños de juventud.

El padre de la novia, Un gato sobre el tejado ardiente, Quién teme a Virginia Wolf son tan sólo parte de una larga e intensa lista en que compartió roles con famosas y famosos, entre tantos:

James Dean, Montgomery Clift, Rock Hudson, Paul Newmn, Mickey Rooney, roles que también en la vida le dieron seguros instantes dignos de su singular esfuerzo como mujer y madre.

De Conrad Hilton, Michael Wilding, Mike Todd, Eddie Fisher, Richard Burton, John
Warner, Larry Fortensky llevó su nombre la señora Taylor, durante el sueño de juventud compartido con causas humanitarias del mundo.

National Velvet, cuando contaba apenas 12 años, fue la pizarra de su lanzamiento mantenido sin desmerecer durante 79 años en que llegó el “The End”.

Dios nos guarde de la discordia.