Vamos al cine

GUADALAJARA, JALISCO (28/JUL/2010).- Que el cine está hecho para los jóvenes es una verdad de Perogrullo. En ellos germina la cultura y afición por el espectáculo sobre la gran pantalla, con golosinas, sueños y comercio.

La magna industria cinematográfica respalda proyectos sobre la convicción de éxito en taquilla y cuanto elemento que la mercadotecnia pueda atraer. Crepúsculo cubrió el perfil para el seguimiento con Eclipse, versión fílmica de las novelas de Stephenie Meyer, dirigida por David Slade. No caben las comparaciones y reconocer los aciertos de esta producción.

Kristen Stewart, es Bella, personaje central interpretado con maduro acierto; vértice del triángulo juvenil de Jacob, hombre lobo, y el vampiro frío, Edward, en un ambiente con sentido del humor. Éste es punto de confluencia entre el espectador adolescente y el tema de la película.

Las caracterizaciones tienen el mérito incuestionable de romper con estereotipos en cuanto a hombres lobos y vampiros; su actualidad genera empatía con el espectador, repito, joven. Los villanos Riley y Victoria contribuyen a la feliz experiencia de Eclipse.

La guionista es Melissa Rosenberg dio el punto preciso de comunicar la dicotomía de Bella, entre la vida eterna que le ofrece el vampiro y su feliz estancia en el mundo contemporáneo a que la induce el hombre lobo. En el fondo, ojos agudos y prejuiciosos podrán sentir cierta virtud religiosa; tema aparte.
Drama juvenil novelado, con dosis de fantasía e incógnitas, de alguna forma retrata situaciones de jóvenes en el contexto actual ornamentado con los adelantos técnicos aplicados como acento singular a imágenes y sonido para su espectacularidad.
Dios nos guarde de la discordia.