Vamos al cine

El cine es pródigo en resaltar celebridades del pasado y ahora enfoca recientes: Mandela, y Lula ya están en pantalla. Pero lo que significa un reto es Robert F. Kennedy, el hermano del presidente sacrificado, cinco años antes que a él, precisamente cuando realizaba campaña para ocupar el primer cargo en la política estadounidense.

Matt Damon es el protagonista propuesto, aunque no se confirma, pues un rasgo de honestidad le predispone a estudiar a fondo el guión y al personaje, con toda la propiedad que impone históricamente.

Robert F. Kennedy, se ha dicho, fue el ideólogo de la política norteamericana durante los años cincuenta e inicio de los sesenta. Le tocó enfrentar el reto del comunismo en momentos álgidos, como la muy discutida amenaza de los misiles soviéticos con el belicoso Nikita Kruschev, cuya derivación fue la llamada “guerra fría”.

El paso de casi cinco décadas no ha clarificado totalmente ni la conjura conducente al asesinato de John en Dallas, en noviembre de 1963, y menos aún el de Robert, en el pasillo de un hotel de Los Ángeles en 1968.

Si el proyecto se realiza, tendrá repercusiones políticas en la vida real. Los Kennedy fueron líderes sólidos del Partido Demócrata que ahora ocupa la presidencia, aunque sin mayoría en el Congreso. Sin duda estos factores se aprecian, por la influencia mediática del cine en la población con relativa cercanía electoral.

Los Kennedy, y en particular Robert, tienen un lugar destacado y respetable, que la pantalla resaltará imponiendo convicción a los principios democráticos. Mucho dependerá del guión, a cargo de Steven Knight, que a su vez se sustenta en la biografía escrita por Evan Thomas. Falta por definir la inversión y con ella dirección, elenco complementario y productora, que nos acerque a conocer la interpretación fílmica de un personaje aún influyente en la historia contemporánea.

Dios nos guarde de la discordia.

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