Vamos al cine

Los juegos infantiles se convierten en tendencias juveniles y realizaciones profesionales. La animación sobre la pantalla de una computadora es tendencia mundial de realización trascendente.

El tema del Bicentenario puede, y de hecho debe, ser la fórmula persuasiva de exponer los sentimientos de nuestra Nación, más allá de los actos y obras conmemorativos, es creíble y eficiente mensaje de identidad. 

Rodolfo Guzmán coordina los trabajos de centenar y medio de animadores, cuyo planteamiento aparentemente lúdico abre la brecha a una tendencia cinematográfica para niños y adultos; cinéfilos, televidentes y cibernautas.

CANIETI, la Cámara Nacional de la Industria Electrónica y Tecnologías de la Información e INMICINE, Instituto Mexicano de Cinematografía, unieron plausibles esfuerzos al reunir capital y apoyar la idea de contribuir a la difusión del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución.

Imagen y sonido fijan los acontecimientos de manera sencilla, divertida y amena, en las primeras cinco producciones que iniciarán su exhibición a partir del viernes 9 de octubre: Hidalgo, de Rita Basalto; El país del juego, de Rigo Mora; El arte de la fuga de Fray Servando, de René Castillo; La linterna mágica, de Luis Téllez y Viruela o biscocho, de Karla Castañeda. Resalta la participación del género femenino y la variedad temática con el tronco común de las lucha emancipadoras.

Otro aspecto interesante que sobresale de este esfuerzo es la combinación de talento incipiente y experimentado. De esta forma se emplea el ímpetu juvenil y la experiencia de animadores que han trabajado para productoras extranjeras y ahora aportan conocimientos en México.
Además de la curiosidad que despierta la realización de trabajos formales en materia de animación, el mensaje cubre espacio imprescindible en la formación de criterio sobre el pasado con relación al presente y responsabilidad futura.

Dios nos guarde de la discordia.

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