Vamos al Cine

Economía e inseguridad acechan a los cinéfilos y por consiguiente las taquillas, ya desde el recién año transcurrido vieron merma de ingresos. Para recobrar e incrementar los accesos se pondrán a prueba nuevas estrategias de mercadotecnia.

Por una parte resulta imprescindible considerar competencia y competitividad, con las formas de entretenimiento al alcance del espectador. El Cine ya no viaja solo en la diversión y ocupación del tiempo. Y si los jóvenes entre 15 y 35 años han integrado segmento mayoritario de concurrentes, ahora ese importante y creciente segmento de mercado tiene otros atractivos.

Resulta elemental considerar cambios en el pensamiento y comportamiento de los espectadores. Algunos espectáculos llamados tradicionales y considerados inconmovible son ajenos para buena parte de la población: El toreo o fiesta brava y el espectáculo más grande del mundo perdieron adeptos. Al Cine no debe ocurrirle porque además de él dependen millones de personas. Para superar los obstáculos es importante considerar la integración de frentes en materia de producción, distribución y exhibición.

Ahora mismo, las amenazas de paros laborales en Hollywood intranquiliza en el segmento de la producción, materia prima de las empresas distribuidoras que regulan la llegada a los cines donde cierra el último eslabón, como ancla también para la concurrencia a centros comerciales.

El tema no es asunto de menor importancia en el ámbito económico de las zonas urbanas, donde se concentra el ochenta por ciento de la población y el espectáculo integra una forma cultural integrante del comportamiento ciudadano.

Lejos aún de un escenario catastrófico se avisoran sistemas como los digitales que no sólo abaten costos de producción e incentivan la creatividad de las nuevas generaciones, también agilizan la realización y coadyuvan eficazmente a la calidad y profundidad en el desarrollo de los nuevos géneros del Cine.

Dios nos guarde de la discordia.
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