Vamos al Cine

La lejanía no fue obstáculo para ubicar esta película, mezcla de drama y comedia con ribetes musicales. Pero esos atributos no fueron esenciales, sino la presencia de Nicole Kidman.

Como es natural y necesario, a los estelares se incorpora una espléndida dosis de promoción, que posterior a la Navidad atraerá cinéfilos a la sala de exhibición. Los avances ya están en la red y destaca la participación del también australiano Hugh Hackaman con su antecedente popularidad en la pasada versión de Romeo y Julieta. Tampoco puede soslayarse desde el punto de vista masculino en el mismo pedestal.

Un reconocimiento justificado es a los técnicos de las tierra de Indiana Jones, que sin las posibilidades y facilidades que da Hollywood, mostraron capacidad suficiente para realizar un desempeño profesional, reconocido por los productores y el director.

Nicole Kidman es todo un símbolo con carrera muy bien administrada que le dio reconocimiento en la relativamente reciente producción Mulin Rouge. Ahora enfrenta en su terruño un papel ubicado en los años cuarenta del Siglo XX, cuando se inició la Segunda Guerra Mundial, personificando a una rica y aristócrata británica a quien sorprende encontrar muerto a su marido en esas lejanas tierras. En eso aparece Jackman y toma a su cargo la protección de los bienes de la heredera; el resto ya lo puede imaginar usted.

Sin las pretensiones de Moulin Rouge, la historia divierte y por lo mismo entretiene. Sin embargo, no está exenta de mensaje radicado en el reconocimiento a quienes encontraron la muerte por aquellos días, con la circunstancia de su inocencia.

Definitivamente, Australia no es una película más inspirada en las acciones bélicas dementes que costaron tantas vidas por aquellos años. Es, ya lo decíamos, una mezcla amable que deja grato sabor de boca.

Dios nos guarde de la discordia.

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