Una mirada cercana a las Vías Verdes

“En 1896 el 6 de diciembre día, a La Vega le construyeron las vías. Gran expectación en la región había, ya que el ferrocarril el progreso traería. Vino a inaugurar nada más que don Porfirio, el que vino a clausurarlo fue el presidente Zedillo”, dijo ayer en la Estación de La Vega el profesor Pedro Ruiz Rubio -artista local- a los participantes en el tercer Seminario Iberoamericano de Vías Verdes, que recorrieron una parte de lo que será el proyecto en Jalisco.

Si bien el proyecto que se espera ver cristalizado en 2010 para los festejos por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, consta de tres recorridos (Atotonilco-Ocotlán, Empalme Orendáin-Ameca y La Vega Etzatlán) de alrededor de 40 kilómetros cada uno, solamente se caminaron cinco en un afán por echar un vistazo a lo que podría ser uno de las iniciativas más importantes de la entidad, cuyas repercusiones serían de vital relevancia para los pueblos que forman parte del trayecto en lo que a cultura y turismo se refiere, con la esperanza de que transiten por ahí 150 mil personas, como sucede ya en Guadalajara en la Vía RecreActiva.

Trayecto de la Presa de La Vega a la estación del mismo poblado. Siendo el acero un material bien cotizado, muchos de los rieles hechos con éste han sido robados, aunque hace apenas tres o cuatro meses permanecían en su sitio, manteniendo fijos los durmientes.

Recorrido del primer tramo de Empalme Orendáin a Ameca. En las rutas se colocaron algunas imágenes de cómo podrían quedar los caminos, con pavimentación al centro (en la vías) y veredas de piedra o arcilla a los costados. No obstante, falta definir con claridad algunos detalles, como la posibilidad de dejar o no los rieles.

El puente situado entre Empalme Orendáin y Huaxtla, en El Arenal, es uno de los atractivos del lugar, aunque no se sabe aún si será recubierto por madera, lámina o concreto.

Estas vías conducen a la Estación de La Vega, inmueble que alberga una destilería llamada Tequillana. Según el plan maestro, las estaciones podrían convertirse en museos de sitio, de geología y ciencia, centros comunitarios o espacios para exposiciones. En el caso de este inmueble, se desconoce si se permitiría la permanencia de la empresa que lleva ya 10 años ahí.