Una comedia al estilo Malkovich

GUADALAJARA, JALISCO (24/MAR/2012).- La obra está por comenzar. Además de la orquesta barroca, los únicos objetos en escena son una silla, una mesa y, sobre ella, un vaso de agua y un bonche de papeles. Los músicos se preparan para interpretar la primera pieza de la noche: Viaje al infierno de Don Juan, del compositor alemán Christoph Gluck.

Una vez que regresa el silencio, aparece un hombre guapo de mediana edad que viste un traje blanco y lentes oscuros. En un tono encantador, da la bienvenida al público a la lectura de su última novela: La comedia infernal. Ese hombre es el actor John Malkovich y el montaje La comedia infernal: Confesiones de un asesino serial, el cual será presentado el próximo mes en Guadalajara después de una gira intermitente alrededor de Estados Unidos, Europa y América Latina, desde su estreno en California en mayo de 2008.

No es la primera vez que Malkovich hace presencia en escenarios mexicanos: hace cuatro años estuvo en temporada en la Ciudad de México con El buen canario. La diferencia es que en aquella ocasión lo hizo como director de un reparto protagonizado por Diego Luna, Daniel Jiménez Cacho, Bruno Bichir e Irene Azuela.

La producción, “obra para orquesta barroca, dos sopranos y un actor”, como la describe en el libreto su escritor y director Michael Sturminger, se basa en la historia verdadera del asesino en serie austriaco Jack Unterweger. Interpretado por Malkovich, este polémico personaje desarrolla un monólogo desde algún lugar del inframundo, ya que Unterweger terminó por arrebatarse la vida en su celda, después de ser condenado a cadena perpetua debido a los asesinatos de 12 prostitutas.

Las víctimas son representadas en el montaje por dos sopranos, quienes interrumpen a su victimario de manera alternada con la interpretación de piezas de Vivaldi, Haydn, Mozart, entre otros clásicos, para expresar lo que sienten las mujeres al conocer a su asesino. El acompañamiento musical corre a cargo de la orquesta barroca Wiener Akademie, dirigida por Martin Haselbök.

Gestación de una idea

En el diario Los Angeles Times se narra que la idea original surgió así: John Malkovich conoció al director musical Martin Haselböck en una cena del consulado austriaco en Los Ángeles. Después de una discusión apasionada sobre política europea, ambos artistas acordaron trabajar juntos en un proyecto que de alguna forma vinculara a Austria con California. Poco después, en noviembre de 2007, apareció una biografía de Jack Unterweger escrita por John Leake, lo que reavivó el interés de Malkovich en el caso que él mismo siguió en los años noventa.

El actor, director y productor afirmó que encontró en dicha historia una oportunidad de ligar un tema escabroso y contemporáneo con el estilo barroco. “Quería un factor de basura cultural en la producción”, dijo Malkovich al diario californiano. La escritura del libreto fue comisionada al vienés Michael Sturminger.

En la primera versión, que se llamó Seduction and Despair, y que estrenó en mayo de 2008 en Santa Mónica, Malkovich fungió como actor y director. “Es la primera y última vez que me dirijo a mí mismo” advirtió el intérprete poco después de esa presentación, por lo que en el montaje corregido y aumentado —estrenado en Viena un año después- se quedó con su rol histriónico y cedió la batuta general a Sturminger.

Entre el cine y el teatro

No hay duda de que Malkovich es más conocido por su participación en el cine hollywoodense, donde ha trabajado en más de 65 películas a lo largo de su carrera, bajo la dirección de Clint Eastwood, Steven Spielberg, Spike Jonze, los hermanos Coen y Luc Besson, entre otros grandes del séptimo arte. Se le recuerda sobre todo por ser el perverso Vizconde de Valmont en Relaciones peligrosas —donde participó junto a Glenn Close y Michelle Pfeiffer— así como por su brillante interpretación de sí mismo en la cinta de Spike Jonze ¿Quieres ser John Malkovich?

Pero años antes de debutar en la gran pantalla, el actor inició su carrera en el teatro, del que ha afirmado estar enamorado gracias a su carácter efímero. “Hacer teatro es como pelar una cebolla”, declaró en conferencia de prensa en la presentación de El buen canario en la Ciudad de México, “cuando uno se da cuenta que llegó al centro, realmente uno va a la mitad, nunca va a llegar uno al meollo del asunto y eso es lo que me gusta, siempre ir a trabajar y encontrar cosas diferentes, va cambiando y eso es fascinante”.

La comedia infernal: Confesiones de un asesino serial / Miércoles 18 de abril / 21:00 horas / Teatro Diana / Boletos desde 550 hasta mil 750 pesos