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Un actor de vocación

En cine, teatro y televisión, pero también detrás de los escenarios, Daniel Giménez Cacho demuestra su compromiso con el arte

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.-Justo ahora que Daniel Giménez Cacho cumple 48 años, su compromiso con el cine mexicano ocupa todos los aspectos de su vida; como actor y activista defensor de los derechos del Séptimo Arte. Como actor lo hace al participar en el rodaje de la película El atentado en la que interpreta al escritor Federico Gamboa, como activista al haberse reunido con senadores para lograr que la Ley 226 de incentivos fiscales al cine fuera retroactiva a enero de 2009, y finalmente, como miembro nuevo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, a la cual había criticado severamente durante la entrega de los Premios Ariel este mismo año.

Sobre la película (que recrea el día en que Porfirio Díaz libró un atentado) Giménez Cacho asegura que no dudó un segundo en aceptarla ya que la dirección es de Jorge Fons quien “filma muy poco, lo cual es garantía de calidad”. Pero además, encontró en Federico Gamboa una atractiva complejidad porque al mismo tiempo que se declaraba “porfirista” era un también una persona que “amaba profundamente a México”.

Postura combativa

Ese amor que manifestó Gamboa por el país tiene una particular empatía con Giménez Cacho. Por ejemplo, en ejercicio de esa pasión, durante la 51 entrega de los premios Ariel, el actor leyó una carta donde, en nombre de productores y actores, solicitaba la refundación de la Academia Mexicana de Artes y
Ciencias Cinematográficas.

Un sector de la comunidad fílmica estaba descontento porque, entre otras cosas, no se sentía representado al momento de elegir las ternas y las películas más taquilleras habían quedado fuera de las mismas. Semanas después Giménez Cacho era aceptado como miembro de la AMACC.

Desde entonces han tenido reuniones para mejorar el sistema de votación. La nueva estrategia operará en 2010. Se lanzará una convocatoria para todos los interesados, se formarán grupos que verán un número de películas y cada uno dará sus candidatos.

“Luego se reunirán los delegados de cada uno y se verán los resultados. Pero siempre se podrá discutir porqué no se consideró a una u otro actor o película. Ahora vamos a ver la respuesta de la comunidad”.

Las puestas en escena

Pero no sólo de cine se alimenta el trabajo de Daniel Giménez, también de teatro. Actualmente ayuda a un grupo de jóvenes reclusos con quienes estrenará una antipastorela en enero y luego una obra original en foros de la UNAM.

Los chavos forman parte de la Comunidad de Diagnóstico Integral para Adolescentes que se ubica en la colonia Narvarte, donde ofrecerán su espectáculo al público en general. El proyecto, del que el actor es coordinador, comenzó hace cinco meses. “Son jóvenes reclusos los que participan en la obra. Primero se va a montar una antipastorela de Vicente Leñero para el 5 de enero, y luego tenemos el proyecto de montarles una obra escrita especialmente para ellos, en la UNAM, donde Enrique Singer (responsable de teatro), a quien le gustó el proyecto, nos va a prestar una sala”, comentó.

“Al principio, la verdad, sí daba (miedo), pues se dice que esos chavos son los más ‘malotes’, pero la verdad te encuentras con chicos tiernos y frágiles, con un entorno en donde, si bien están recluidos, están mejor atendidos que afuera, pues estudian, les dan asistencia psicológica y atención médica”.

En la actualidad se revisa la manera en que el grupo de internos saldría del inmueble cuando presenten la obra en las instalaciones universitarias. La puesta, que escribe Ernesto Anaya, estaría basada en las experiencias de los mismos jóvenes internos. “Él tiene la idea de que el descubrimiento de América lo hicieron reos, porque fueron ellos quienes ocuparon las carabelas al darles su libertad. Y la metáfora ahora será que la cárcel es el barco en el que iban y quieren saber qué hay en la calle. Obviamente para llegar a la UNAM se montaría un dispositivo especial. Sería en junio y daríamos cuatro funciones”, indicó Giménez.

La experiencia ayudará a los jóvenes: “El teatro tiene función terapeútica, te permite decir cosas y lo importante para ellos, es que han podido ser vistos por sus familias”.

Los planes de Giménez Cacho

El año que inicia lo arrancará rodando una serie televisiva histórica en la que interpreta a Agustín de Iturbide, emperador de México de 1821 a 1823. “Ya hice un episodio y en enero haré otro. Dirigió Gerardo Tort (De la calle) y la idea es mostrarlo como era. Una pieza que cuadró la independencia con Guerrero (Vicente) porque deseaba ser emperador y su esposa, reina. Es mostrar al humano”. Espera también el estreno de la serie Locas de Amor en televisión abierta y el rodaje de una segunda temporada.

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