Trasladan el cuerpo de Whitney Houston

GUADALAJARA, JALISCO (12/FEB/2012).- El Beverly Hilton Hotel, localizado en Beverly Hills estaba preparado para la cena de gala previa a los Grammys, este domingo. Nada les habría preparado para la noticia de la partida una estrella que lo mismo se puede considerar eterna que fugaz.

Fue precisamente en sus instalaciones que Whitney Houston estaba alojada. No se ha dicho el número del cuarto y es posible que jamás se diga, poca clientela se motivaría por el morbo de dormir en el mismo cuarto en que murió una cantante tan famosa. No, de ninguna manera eso atraería más clientes.

Con 48 años de edad, Houston demostró que el mismo demonio que asesina a los 27 puede actuar años más tarde, eso tal vez lo pensaban los forenses que bajaron el cuerpo cubierto hasta la ambulancia, que trataron de actuar de manera discreta enmmedio de un ambiente en que la indiscreción, el morbo y los rumores son pan nuestro de cada día. Al final con luces intermitentes arrancaron hacia la sala de autopsias.

Morir resulta un paso normal en la vida, salvo cuando se tiene tras de sí dosis de fama y morbo. La autopsia para dictaminar las causas de la muerte de Whitney parece que esperará; ¿Cuánto? un poco menos que la noticia de que se realizó, mucho menos de lo que esperará la publicación de los resultados, pero de cualquier manera, tardará más de lo que tomaría ese mismo proceso para una persona sin fama, sin riquezas, sin cientos de admiradores llorando su partida.

La fama calla hasta a portavoces autorizados; No se ha programado el momento del examen al cuerpo de la artista y los investigadores aguardan los informes para que pueda procederse a la autopsia, dijo el capitán Brian Elias, del Departamento Forense del condado de Los Ángeles. Tampoco podría el capitán Elías difundir información alguna sobre la manera como fue encontrado el cadáver de Houston la noche de ayer en Los Ángeles.

La estadía del cuerpo en el lujoso hotel se prolongó más de lo esperado, así como la estadía del alma de ese cuerpo se acortó fuera de lo que esperaba cada uno de sus admiradores, aunque tal vez lo sospechaban algunos que le abuchearon en vivo al descubrir que las drogas habían arruinado su voz y estropeaban también su belleza física.

La cena previa a los Grammys tuvo un platillo amargo de entrada, se escucharán muchas dedicatorias a quien partió, momentos comercialmente emotivos para enmarcar anuncios comerciales y un escalpelo que espera su entrada en acción hasta que sea glamorosamente apropiado o al menos, no eche a perder el impacto mediático.

La ambulancia se ha perdido entre las luces de la lejanía, el espectáculo deberá continuar con algunas alteraciones en el guion que se tratará que sean convenientes. El último aplauso no ha sonado todavía.


EL INFORMADOR/ ADRIÁN CASTAÑEDA F.

Con información de EFE