Domingo, 24 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Una jornada de sabor roquero

¡Thank you, Paul!

Público de varias generaciones se congregó para disfrutar el encuentro que esperaron por décadas

Por: EL INFORMADOR

En familia o entre amigos, los asistentes se encargaron de iniciar el ambiente antes del concierto.  /

En familia o entre amigos, los asistentes se encargaron de iniciar el ambiente antes del concierto. /

GUADALAJARA, JALISCO (06/MAY/2012).- A las 16:00, policías de transito abrían el paso sobre Avenida Vallarta al convoy que llevaba a Paul McCartney desde su hotel hasta el Estadio Omnilife. Para muchos automovilistas la sorpresa fue mayúscula.

El convoy dejó atrás Vallarta para adentrarse en Periférico. Un anuncio espectacular saludaba al cantante. “Welcome to Guadalajara, Paul”. Quién sabe si lo vio, lo cierto es que McCartney difícilmente se sintió solo desde que llegó a la ciudad. Cientos de fanáticos habían velado su sueño en el hotel horas antes, y miles cantarían horas después. Su estrella y status de celebridad permanece inmutable en el corazón de sus seguidores.

En punto de las 16:45 inició la prueba de sonido en el recinto. Cientos de personas que hacían fila para entrar al concierto recibieron, sin haberlo esperado, una probada de lo que vendría horas después. Más de uno se conmovió con las estrofas de Penny Lane, que sonaban caprichosas mientras el Sol caía a plomo. No era una prueba común. Mientras otros músicos se conforman con pegarle al micrófono y silabear algunas palabras sin sentido, el británico ofreció varias piezas completas.

Los alrededores del estadio aceleraban sus latidos ante la cercanía del evento: sombreros y banderas con los colores de la bandera británica; bufandas del equipo Liverpool de la Liga Premier; hombres y mujeres vestidos con los coloridos trajes del Sargento Pepper; mantas con saludos; cartulinas con mensajes de amor: “Te amo Paul”. “Bienvenido”, eran las frases más comunes. Toda la simbología giraba entorno a Sir Paul.

Las filas eran cada vez más largas para acceder. El público fue heterogéneo. Desde los adolescentes que conocieron la música de McCartney gracias a YouTube hasta quienes son seguidores de pura cepa, pasando por algunos curiosos que querían saber por qué el cantante tenía esa etiqueta de leyenda.

“Soy seguidor y me gustan varias de sus canciones, pero que no cante lo del último disco, eso no me gustó. Yo vine a escucharlo, más que venir a verlo”, explicó Francisco González Luna, contador y fanático de The Beatles desde hace más de 30 años, quien ya había visto a “Macca” en el Distrito Federal hace casi dos décadas. Él, como muchos, pensó que jamás vendría a Guadalajara. “Me sorprendió que haya anunciado el show, y me da gusto por la ciudad”.

Público sin fronteras

El corazón del púbico se aceleró. A las 18:40 horas el evento estaba por arrancar. Muchos buscaban ocupar sus asientos. Algunos valientes adquirieron mercancía. Valientes, porque las camisas conmemorativas del evento se cotizaron en más de 200 pesos. Muchos optaron por llevar la ropa que ya tenían. Imágenes de Paul de todas las edades y colores estaban presentes en el atuendo de los fanáticos.

El show de McCartney en Guadalajara no convocó únicamente al público jalisciense. Las gradas eran un auténtico mapa, con seguidores de Michoacán, Colima, Nayarit y… Argentina. Michela Testa atravesó el continente para mostrar su fidelidad. “Soy fanática de toda la vida. Lo vi en Brasil, en Uruguay y ahora estoy aquí, México, muy emocionada”, declaró minutos antes de arrancar el espectáculo.

Michela (ella aclara que se pronuncia “Mikela”) le agradece a sus padres el gusto heredado por el ex Beatle.

Hora y media antes del recital todavía se observaban personas formadas en la taquilla del Omnilife. Los boletos más baratos volaron hace días. El objetivo era encontrar alguna entrada “en la localidad que sea”. Esta vez no importó cuánto tuvieran que pagar.

La hora previa al concierto fue la más larga del día. El Sol se ocultó y las décadas de espera terminaron. En la boca de los miles de congregados al estadio hubo una frase para arrancar el concierto: ¡Thank you, Paul!

Lo que se vio
Una fiesta para todos


Fue predominante la presencia de familias en el evento. Buena parte de los fanáticos tenían más de 25 años y fueron pocos los niños que se vieron entre las localidades.

Pese a que había dudas en un inicio por parte del personal de seguridad, al final, fanáticos con banderas y pancartas lograron entrar al estadio con ellas.

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