Se apaga la sonrisa de Capulina

CIDAD DE MÉXICO (01/OCT/2011).- El legendario comediante Gaspar Henaine “Capulina” falleció ayer por la tarde en la Ciudad de México luego de convalecer durante varios días en un hospital. Su muerte llena de dolor al gremio artístico nacional, particularmente al mundo de la comedia, donde deja un amplio legado que lo mismo queda reflejado en las pantallas de cine, televisión y las carpas mexicanas.

El comediante estuvo internado durante dos semanas para ser tratado de una úlcera duodenal que le causó complicaciones en el intestino, mismas que se fueron agravando hasta causar el fallecimiento del artista, de acuerdo a lo dado a conocer por sus familiares, en especial su nieta, Erika Alemán Henaine, quienes todavía el día de ayer por la mañana hacían un llamado al público en general y a la Asociación Nacional de Actores (ANDA) en particular para solicitar donadores de sangre.

En su cuenta de red social Twitter, la nieta del actor, Erika Alemán (www.twitter.com/Ericka_ah) escribió el siguiente mensaje: “Sí, es oficial... El cielo está recibiendo al mejor hombre, padre, abuelo y mejor comediante del mundo!”.

Dueño de una gran agilidad mental, Capulina se erigió como uno de los humoristas más prestigiados del circuito de comedia nacional, al apelar a un ingenioso sentido del humor familiar, lleno de muecas y gestos pero carente de doble sentido.

Luego de más de medio siglo de trayectoria, en donde participó en 84 películas, Gaspar Henaine Pérez, nacido el 6 de enero de 1926 en Chignahuapan, Puebla, deja un amplio legado donde serán recordadas varias de sus estampas, ya fuera como torero o empresario, aunque principalmente como actor entre los años sesenta y setenta.

El éxito de la pantalla grande se replicó en la televisión con producciones como El diario de Daniela (en 1999, fue su última telenovela),  Las aventuras de Capulina (1971–1989), El gran Circo de Capulina (1974–1976) y Cómicos y canciones (1963), ésta última al lado de quien fuera su gran pareja en la pantalla grande, Marco Antonio Campos Contreras, mejor conocido como “Viruta” (1919-1996), con quien sostuvo primero una profunda amistad y de quien finalmente se terminó alejando.

Recordado por frases como: “No lo sé, puede ser, a lo mejor, quien sabe” y también por haber ejercido en pantalla todo tipo de oficios (mesero, carpintero, albañil, torero y a veces hasta magnate), la imagen que lega Capulina a las futuras generaciones es la de un comediante que sin necesidad de utilizar palabras altisonantes o gestos obscenos fue capaz de hacer reír a varias generaciones.

Opinan en twitter

Lamento dar la noticia del sensible fallecimiento de don Gaspar Henaine. Mi pésame a la familia.
Pati Chapoy (@ChapoyPati )

Acaba de morir Gaspar Henaine, el gran “Capulina”. Descanse en paz.
Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga1)

Descanse en PAZ... Muere Gaspar Henaine “Capulina”.
Andrea Legarreta (@AndreaLegarreta)

Conaculta lamenta el fallecimiento de Gaspar Henaine “Capulina”.
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (@Conaculta)

Es una pena el fallecimiento de Gaspar Henaine, “Capulina”. Descanse en paz.
Felipe Calderón (@FelipeCalderon)


Fiel a la comedia familiar
Una vida de película

Capulina logró llevar a la pantalla un mundo donde la inocencia y el esfuerzo eran recompensados. Interpretó todo tipo de oficios, todos, apegados a la comedia blanca. Gaspar Henaine Pérez conoció a principios de la década de 1950 a Marco Antonio Campos Contreras “Viruta”, con quien inició una prolífica carrera en la radio que más tarde llegó al cine con una veintena de producciones que pasaron del blanco y negro al color.

Cintas como Ahí vienen los gorrones, La sombra del otro lado, Viaje a la Luna, La odalisca número 13 y Muertos del miedo, entre muchas más, quedan como herencia de esta exitosa mancuerna.

Tras una ruptura profesional con Campos Contreras, Henaine comenzó a forjar un camino en solitario, haciendo películas de comedia dirigidas en su mayoría a los niños. Entre ellas destacan Capulina, corazón de león, El hermano de Capulina, Capulina contra las momias, El karateca azteca, Capulina contra los monstruos, El compadre más padre y Un cura de locura, que reafirmaron su popularidad y gusto de la gente.