Saúl Hernández vive su presente con Jaguares

GUADALAJARA, JALISCO.- Con el cabello corto y a horas de seguir su gira internacional para promover su nuevo disco, el vocalista de Jaguares, Saúl Hernández, disfruta tranquilamente en casa tanto de su de hija como de su compañera de vida.

“Sin mi familia yo estaría completamente perdido”, manifestó el roquero. “Ellas son una estructura muy sólida, una base un poco psicológica y física, así como una de las causas por las que lucho. Son mi motor, mi estandarte, mi templo, mi guarida, mi refugio, mis jardines”.

La madurez personal que ha adquirido en los últimos años, en parte producto de la relación de 10 años con su pareja holandesa Julia y su hija Zoey, ha influido en la música y composiciones de su más reciente grabación, 45, que hace referencia a los 45 millones de pobres que viven en México.

“A veces uno como hombre le dice a la mujer ‘sígueme’, pero llegan momentos en los que no sabes a dónde vas y ella te dice, ‘sígueme’, y cuando la sigues no sabes dónde estás y te sientes perdido, pero cuando te das cuenta estás bien, en tu barco, flotando en tus jardines”, dijo Hernández en referencia al tema Entre mis jardines, que escribió para su pareja, con quien tiene planes de “ceder” al matrimonio.

Equilibra su tiempo
Una influencia de cómo su familia ha tomado un lugar primordial en sus letras aparece en el tema Píntame, en el que su hija de 11 años debuta como cantante. “Un día yo estaba tocando y ella escuchó y empezó a cantar una melodía encima del coro. Fue una flecha directa al corazón y me hizo pedazos.

Le dije, ‘me gusta tu idea, ¿por qué no la grabas?’ Y me dijo, ‘sí papá’”, reveló Hernández, agregando que a su hija le ha dedicado los temas Tú, y Contigo, incluidos en discos anteriores.

El roquero de 44 años, quien ahora luce cabello corto “para no ser esclavo de una imagen”, pide a los padres en sus conciertos que mantengan a sus hijos puros. “Les comento que tengamos la sabiduría para no quitarles la ilusión, que ojalá tengamos esa luz para mantenerlos puros, para que esa pureza regrese al planeta”, apuntó. “Eso es algo en lo que quiero creer”.

Dicha creencia surgió según expresó desde el nacimiento de su hija. “Cuando estás joven parece que tienes una brújula y va dando vueltas sin marcarte ningún lugar en especial, pero cuando nació Zoey como que (la brújula) se paró y marcó una ruta: Por allí... Y por allí fui. Los hijos te muestran un camino muy poderoso”.

Por eso cuando llega a casa deja siempre el rock afuera para ser simplemente papá o pareja.
“La dinámica de la gira exige mucho. Hay mucho trabajo, es muy difícil. Así que cuando estás en tu casa, con tu familia... atesoras esos momentos. La música es my celosa, como mi mujer, pero tenemos que encontrar un equilibrio”.

Por otra parte se resalta en este material la presencia de su compañero de Caifanes, Diego Herrera, quien toca los teclados en el disco, logrando que en ciertas partes se recuerde el estilo de la banda con la que despegó su carrera en los años ochenta, ante esto Hernández reconoció que la comparación no le molesta pero le cansa. “El pasado no existe ya, y el futuro no lo conocemos, pero el presente es un regalo y hay que aprovecharlo. Jaguares es el presente”.