Domingo, 19 de Enero 2025
Entretenimiento | Caifanes calienta motores para el Vive Latino

Saúl Hernández revive la nostalgia roquera

La agrupación mexicana se reencuentra luego de 15 años; una generación de fanáticos ansía el momento

Por: SUN

Saúl Hernández afirma que el reencuentro de Caifanes fue una decisión que surgió sin presión. EL UNIVERSAL  /

Saúl Hernández afirma que el reencuentro de Caifanes fue una decisión que surgió sin presión. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (07/ABR/2011).- Cuando se dio a conocer que dentro de la alineación para el Festival Vive Latino se encontraba Caifanes, se generaron grandes expectativas. Para Saúl Hernández las presentaciones que tendrá la banda original representan un agradecimiento a la gente que siguió a la agrupación, pese a los años de ausencia.

Hernández señala que los ensayos no han sido sencillos y que luego de 15 años de ausencia han ido “desentumiendo los músculos de la memoria de las canciones”, y ha resurgido la nostalgia, además del sonido único de Caifanes. “Reconocer este sonido: la guitarra de Alejandro, el bajo de Sabo, todas esas experiencias, las texturas en los teclados de hierro, Alfonso también tocando como Caifán”.

El reencuentro, si bien significó una buena noticia para el rock en español, también representó una modificación en el esquema personal de Saúl Hernández, quien decidió ponerle pausa a la promoción de su álbum como solista, el cual saldrá hasta mayo, una vez que concluyan las presentaciones.

A la pregunta expresa de si tras las presentaciones programadas para Vive Latino y Coachella habrá más Caifanes, el líder de la agrupación es claro:
“Ya no puedo decir que no. Antes, por circunstancias que todos sabemos, había una decisión de que no habría más Caifanes. Queremos ser honestos, reconocer este momento para ver qué haremos después. Nos sentaremos a decidir si queremos dar un paso siguiente o si lo que estamos viviendo es cerrar el ciclo de una manera hermosísima, y no como en el pasado que fue truculento y extraño. Yo no decido por Caifanes, todos decidiremos cosas juntos: si queremos o no queremos ir”.

— El público ha generado grandes expectativas ante esta reunión de Caifanes, ¿cómo esperas que la gente recuerde este momento?
— “Como una banda que hace música, una banda mexicana que, como muchas, su intención fue creer y crear”.

— ¿Vocalmente te sientes preparado para esta presentación?
— “Tengo 47 años y obviamente no soy el jovencito de veintitantos, pero estamos bien”.

— ¿Cómo se dio el contacto? ¿Fue a raíz de la hospitalización de Alejandro?
— “Yo no estaba en México, estaba en el extranjero, me enteré por medio de los correos de la situación y ahí entramos en una conexión, en una comunicación y de un apoyo y le comenté que lo que estuviera dentro de mis posibilidades, pues aquí estaba. Alejandro lo tomó con un corazón abierto”.

— ¿Cómo vives hoy tras el éxito y la fama que alcanzaste en esa época?
— “He exorcizado mucho esa figura dentro mi vida, no lo niego pero trato de llevar una vida normal. Llevo a mis hijos a la escuela, lavo los trastes, hago las camas, trapeo y no me da pena, soy feliz. No juego este papel como del intocable, no es mi naturaleza”.

— Hace 15 años se pensó que Caifanes no volvería a estar sobre los escenarios ¿quién tuvo la iniciativa de buscar esta reunión?
— “Se dio. Había, de hace mucho tiempo atrás, especulaciones de si íbamos a tocar, que ya íbamos a regresar, pero la verdad es que ni nosotros sabíamos de todo eso. Justo llega una oferta entre muchas y cae justo en este momento de acercamiento. Así es como se plantea que sigamos, ya que se abrieron las puertas: se hace o no se hace. Ya después de un rato de estarlo platicando, pensando y masticarlo, dijimos pues va, vamos a hacerlo”.

— El tiempo entonces ayudó a limar las asperezas.
— “El tiempo es sabio, pero también los eventos que da la vida. Estos eventos son sapes celestiales que te abren los ojos y ésa es una realidad. Estaba mordiendo un hueso y allá arriba nos están mostrando que no tienes que morder ningún hueso, que te puedes abrazar al corazón. Y así fue como se empezó a dar todo”.

''Antes, por circunstancias que todos sabemos, había una decisión de que no habría más Caifanes. Queremos ser honestos, reconocer este momento para ver qué haremos después'', Saúl Hernández, vocalista de Caifanes.

Más allá de los conflictos
El valor del regreso


El proceso del éxito de Caifanes estuvo determinado por muchos factores propios del grupo, por el apoyo de sus no seguidores, la mirada de los especialistas en música que hoy saludan su retorno, pero que también relatan las razones de su separación, anécdotas e incluso secretos que rodeó a la banda mexicana.

Para el productor Jaime Almeida, su retorno, aunque conmueve a fans, no logrará mayor efecto en la nueva escena musical del país. “Si regresa o no regresa, da lo mismo, no veo que sea benéfico para esta nueva industria. Creo que artistas con talento, que tienen su público, no merecen un regreso, sino nunca irse. No creo que haya un tsunami por esto, pero está bien. Son buenos, tienen talento y público”.

¿Por qué el retorno? se le pregunta. Almeida responde: “Si los grupos que deciden regresar están llenando los foros donde hacen sus presentaciones, entonces no veo porqué Caifanes no quisiera un poco de esto”.

Antes de su primer viaje a España como banda, José Xavier Návar los llevó a Sony para que firmaran una carta de intención y hasta hicieron una grabación. “Firmaron una carta con Eduardo Arciniega, publirelacionista de Sony, por seis meses. Pero después vino Herbé Pompeyo y les ofreció contrato con BMG.

“Ellos le pidieron a Arciniega la carta que ya habían firmado, y él, en un momento extraño, se las devolvió. Ellos siempre lo han negado. Según ellos, Sony los rechazó con el argumento que la disquera vendía música, no ataúdes, que su música era oscura, pero saben que no es cierto”.

Sobre si la banda se reúne por dinero o por una deuda moral y artística, el también escritor opina: “Creo que un poco de las dos. Obvio que esto no acabará en el Vive Latino; seguirá una gira para despedirse. En un momento, orillados por su familia y ellos mismos, dijeron: ‘vamos a tocar juntos, por los buenos tiempos’. Al final el legado es mayor que sus problemas”.

Un bien necesario

Y si bien la nostalgia es parte fundamental del retorno de Caifanes, para Chava Rock la verdad yace en los problemas de salud de dos integrantes de la agrupación y algo de lo que pocos hablan: la recuperación del nombre por parte de Saúl Hernández.

“El regreso de Caifanes era algo que urgía porque alrededor de Caifanes surgió una magia especial y la forma en que se interrumpió, tan abruptamente, no la merecían ni los músicos, ni la escena, ni los fans”.

Otro elemento de peso para el regreso es que dos de sus integrantes estuvieron a punto de morir: uno de paro cardíaco (Sabo Romo) y otro de una operación abierta en el cerebro (Alejandro Marcovich) y eso reabre cosas; pero otro factor, del que nadie habla, es que Saúl recuperó el nombre y eso, en términos de números, es satisfactorio. Se tiene que hablar de si Saúl puede tocar como Caifanes con cualquier músico, o puede hacer algo con el nombre”.

Sobre la ruptura, Chava Rock opina: “Se manejó de forma errónea que hubo un distanciamiento entre dos individuos que fueron Marcovich y Saúl, yo creo que fue un cansancio creativo entre ellos y que tuvieron mucho que ver la industria de discos, el manager, la empresa de representación. Al paso del tiempo se abrieron dos caminos: en uno estaba el bueno y en otro el malo; al final nos dimos cuenta que el malo no era tan malo, y que el bueno, tampoco tan bueno. Finalmente, Caifanes nos quedó a deber un disco en vivo, una gira de despedida, un disco acústico; esta reunión da pie para engrandecer una banda que no merecía este fin”.

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