Rod Stewart examina sus orígenes

Rod Stewart tenía 16 años cuando escuchó por primera vez a Sam Cooke, Jackie Wilson y Ottis Redding. Y la vida es curiosa, porque aunque pudo haber grabado profesionalmente las canciones de sus ídolos de juventud hace mucho tiempo, no fue sino hasta que ha cumplido los 64 años de edad que hizo realidad el sueño de grabar las 13 mejores canciones de soul de todos los tiempos, y compilarlas en un álbum titulado Soulbook, que en español se puede traducir como “Libro del alma”.

Stewart, con el cabello cada vez más cano y un traje rigurosamente planchado en color gris para no desentonar, se sincera y explica que “estas canciones me inspiraron por mucho tiempo, todos ellos (Sam Cooke, Jackie Wilson) fueron mis héroes de juventud, y quise esperar hasta sentirme completamente seguro. Mi esposa (Penny Lancaster) me motivó mucho para grabar el disco, y aquí estamos”.

La vida turbulenta e intensa del músico también ha influido. De la fama masiva en la década de los años ochenta a casi perder la voz por una operación hasta ahora, cuando ya es venerado como si se tratara de una leyenda para el rock mundial en su vertiente más suave.

Gigante entre gigantes
Uno de los flamantes invitados en Soulbook, fue Smokey Robinson, quien acompañó a Stewart en uno de los temas más venerados de en la corriente del soul: Tracks of my tears.

De alguna forma, esta canción sigue con la tendencia que Rod impuso en su carrera al incluir en su discografía el álbum The great american songbook, cuya cubierta, por cierto, le acreditó una demanda con el estudio de Hollywood RKO por supuesta violación de su marca al haber usado el famoso logotipo con la antena radiofónica para la tapa del disco.

A pesar de todos los problemas y el aura de leyenda, detrás de esa máscara hay un hombre sensible. Durante un encuentro con los medios, el cantante británico comentó que dado que creció escuchando a Smokey Robinson, cuando tuvo la oportunidad de grabar con éste y lo vio entrar en el estudio y cantar Tracks of my tears se quedó sin habla, y a punto de estallar en llanto.

El resto de canciones que dan forma a Soulbook son: It’s the same old song, My Cherie Amour (a dúo con Stevie Wonder), You make me feel brand new (al lado de Mary J. Blige), (Your love keeps lifting me) higher and higher, Let it be (a duo con Jennifer Hudson), Rainy night in Georgia, What becomes of the broken hearted, Love train, You’ve really got a hold on me, Wonderful world, If you don’t know me by now y Just my imagination.

Prueba sin error
Las anécdotas que encierra Soulbook son contadas por Stewart como si un niño describiera una caja de dulces. Por ejemplo, narra la llamada que tuvo con Stevie Wonder para interpretar el tema My Cherie Amour: “Cuando telefoneas a Stevie, sabrás que él canta su respuesta. Se escucha cantad: ‘Hola. No me encuentro por el momento, pero si quieres puedes dejar un mensaje ... Regresaré la llamada’. ¡Eso es grandioso! Le llamé, y no lo encontré, e intenté después, así que le canté yo también en mi mensaje: ‘Stevie, gracias por participar en My Cherie Amour’. Y cuando él grabó My Cherie Amour, me dejó un mensaje en la final de la pista que decía, ‘Rod, estoy tan agradecido de que me hayas permitido tocar en tu canción. Que Dios te bendiga. Con todo mi cariño’”.

Sonrojado por la historia, Rod agrega que la selección de canciones, contra lo que se pudiera pensar, fue muy simple y  la vez complicado: “Prácticamente todo fue muy sencillo a excepción de todo el papeleo entre compañías (disqueras), eso supongo que fue lo más tardado. En realidad la grabación fue algo sencillo, sobre todo porque yo tenía muy bien contempladas qué canciones quería y cómo debía grabarlas. Al final tenía unas 29 canciones, de las cuales sólo pudimos incluir 13 en el álbum, pero agradezco a mi casa discográfica porque me dio todo el apoyo, y trabajamos muy cercanamente, eso ayudó a que me sintiera en libertad”.