Rock para recordar

ZAPOPAN, JALISCO (11/NOV/2011).- Dicen que el rock, más que un gusto heredado, es algo que se lleva en la sangre, y puede que sea cierto, al menos ese ejemplo lo dan Liam y Salomón Salame, hijo y padre respectivamente, quienes ayer acudieron al concierto de Aerosmith celebrado en el Estadio Omnilife. Lo curioso es que Liam tiene apenas cinco años, y ya es roquero empedernido, al menos eso afirma su orgulloso papá, quien lo presume mientras el pequeño devora unas papas.

Ataviado con un paliacate con el símbolo pirata de cráneos y huesos cruzados impreso en él, complementado por una camisa negra que le llega a las rodillas, Liam ya despliega toda la actitud de un roquero. Se impacienta y grita si el concierto no arranca, brinca y corea cuando suena su canción preferida. Todo bajo la mirada de Salomón, quien confirma que su pequeño hijo es un gran seguidor de Aerosmith, incluso tiene a Love in an elevator como tema preferido.

Y es que la banda nativa de Boston tiene como una de sus principales cualidades convocar a seguidores, de todo tipo, literalmente. Desde “fresas” hasta punks con el cabello estilo mohicano, o los que fueron solos y contrastaban con los grupos de amigos, pasando por quienes ya muestran orgullosos sus canas hasta quienes como Liam todavía no tienen edad siquiera para ir a la primaria, pero estuvieron más que listos para roquear al máximo en la cancha de las Chivas pero que ayer le perteneció a la banda encabezada por Steven Tyler.

Ataque de “Cucarachas”

Para los organizadores, era una prueba de fuego demostrar que el Omnilife era capaz de albergar un concierto de rock como lo había hecho antes con Miley Cyrus. Y curiosamente la primera banda roquera en pisar la cancha del estadio no fue Aerosmith, sino Cuca, quienes fungieron como teloneros.

El grupo encabezado por José Fors apareció en escena apenas rebasadas las 20:30 horas, desatando la algarabía del público reunido y de paso sacudiendo de los presentes el frío intenso que se dejó sentir anoche en el recinto.

Cuca entregó un show sólido, cumpliendo con la premisa de ser un “telonero de lujo”, además de que estaban motivados, pues durante su espectáculo recordaron que están celebrando 20 años de carrera.

“Buenas noches Guanatos, bienvenidos al concierto de Aerosmith. Nosotros somos Cuca y nos toca calentarlos un ratito. ¿Están listos para una noche de todo con exceso?”, gritó Fors al micrófono, obteniendo de inmediato un grito de aprobación por parte del público, demostrando de paso que si hay algo de lo que se puede jactar la banda es que son “profetas” en su propia tierra.

“Hace 18 años le abrimos por primera vez a Aerosmith en el DF, y descubrimos que además de ser una gran banda son todos unos caballeros. Hace dos volvimos a hacerlo allá y ahora al fin nos toca compartir escenario en nuestra ciudad”, afirmó el vocalista de la banda, antes de recordarle a los asistentes que era mejor que fueran calentando gargantas para el plato fuerte de la noche, no sin antes interpretar temas como La balada y El son del dolor.

Con el escenario ardiendo al máximo, todo quedó listo para que Aerosmith fundiera pasiones y gargantas en una velada dominada por la estridencia sonora.