Roberto Carlos enamora y cautiva a Los Ángeles

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA (30/MAY/2010).- Recibido como el último de los románticos de una era, Roberto Carlos enamoró a Los Ángeles con un concierto en el que celebró 50 años de carrera.  

En un recital de casi dos horas, el cantante brasileño interpretó la mayoría de sus éxitos, con los que ha vendido más de 120 millones de álbumes y que lo ubican como poseedor de temas clásicos del romanticismo.  

Sólo con su voz melancólica, desbordada de amor y sentimiento su concierto terminó como una relación intimista que se amalgamó casi como lo que reza uno de sus temas ‘Cóncavo y convexo’.  
A sus 69 años, para cautivar a los más de siete mil asistentes no necesitó de coreografías ni bailarines, sólo efectos de luces y sus 12 músicos y dos coristas la mayoría de sus acompañantes en estas cinco décadas.  

Como ha sido ya su costumbre apareció vestido de elegante traje blanco, de palomito pues, y para rematar al final, regaló docenas de flores a las que daba besos imaginarios y que una a una entregó a los de primera fila.  

Pero antes protagonizó un singular concierto en el que como es la costumbre, asistentes no lanzaban estruendosos gritos ni estuvieron de pie, sino que gran parte del mismo lo hicieron sentados rememorando canciones del ayer.  

En su bienvenida, Roberto Carlos expresó su placer de regresar a Los Ángeles tras una década de ausencia. 'Que placer! Que gusto tengo de verlos y poder darnos cosas lindas y preguntarles: ´Qué será de tí´' para cantar este tema.  

Así en ese recorrido interpretó 'Detalles', 'Desahogo', 'El día que me quieras', 'La distancia', 'Propuesta', 'Amigo', 'Cama y mesa', 'No te apartes de mí', 'Cóncavo y convexo' y 'Amada amante, entre otras.  

Roberto Carlos Braga, su nombre completo, hasta compartió su secreto del por qué nunca pudo grabar en portugués, -idioma que usó aquí a ratos en su canto y en interlocuciones- su éxito 'Un gato en la oscuridad'.  

'Les quiero confiar que nunca se pudo traducir porque nunca supe lo que cantaba y porque nunca he visto un gato triste y azul y menos lo he visto en el cielo porque los gatos no vuelan', apuntó.  

El cantante que padeció un problema de su rodilla desde los seis años de edad y por la que usa una prótesis, a ratos se sentaba y en otras cantaba de pie y en otros hasta bailó lento y abrazado a su corista.  

En otro momento, rindió un homenaje póstumo a su madre que falleció a los 96 años el pasado 17 de abril con 'Lady Laura' a través de esta canción 'que quiero cantarla siempre', dijo en portugués.  

Mientras tanto en el público la catarsis fue peculiar. Esta vez hubo desde suspiros que unidos alcanzaban el nivel casi del grito y expresiones de aceptación y de nostalgia por un pasado si que lejano.  

Entre el público que se unió en entonar a manera de himno muchas canciones, no faltó el reclamo como el de Herlinda López, quien al salir dijo: 'Estuvo inolvidable, pero le faltó ´Camionero´, 'Si el amor se va¨ y ´Tengo que olvidar´'.