Robert Downey Jr., sin miedo a la crítica

CIUDAD DE MÉXICO (03/MAY/2010).- Robert Downey Jr. cumple al pie de la letra la frase popular de que la vida es una tómbola. Durante años se consideró que el talento de este actor se encontraba desperdiciado y muchos pensaron que el peor enemigo que tenía era interno, dada su capacidad autodestructiva.

Ahora las cosas son completamente diferentes. Downey Jr. está en los “cuernos de la Luna” gracias a su encarnación del millonario Tony Stark en Iron Man 2, cinta que actualmente acapara las taquillas de México y muy probablemente también las de Estados Unidos. ¿Presión por alcanzar un éxito similar a la primera parte? Robert dice que no, y si estuviera mintiendo ni siquiera se le notaría. él simplemente cree que las cosas llegan en el momento adecuado.

Con un elenco que incluye a Gwyneth Paltrow, Sam Rockwell, Scarlett Johansson y Don Cheadle, la calidad estaba garantizada. Y más cuando se pudieron todos a las órdenes de Jon Favreau, un cineasta que le tiene bien tomada la medida a los héroes.

“Trabajar con toda esta gente fue emocionante”, explicó Downey en una entrevista para la página de internet Moviesonline.ca. “Estaría feliz de trabajar con ellos, bajo cualquier circunstancia y en cualquier medio, porque sé que siempre saldrían bien las cosas”.

En pantalla la complicidad se nota. Y es que a pesar de ser una película de super héroes y caer en lo que los fanáticos llaman “para pasar el rato”, la crítica alaba la sinergía que logró el elenco, algo que el protagonista de la cinta presume “sin querer sonar demasiado orgulloso, pero somos como un equipo de beisbol plagado de estrellas. Claro, yo sería el entrenador (risas)”.

Una experiencia única
Cuando la prensa le pregunta a Robert Downey Jr. qué fue lo que más le impresionó durante el rodaje de la película lo piensa poco. Lo que le viene a la mente no es una escena de acción o un diálogo en particular. “Me impresionó Justin (Theoux, el guionista). Tenía un dolor horrible en el cuello y por su expresión parecía que en cualquier momento se le iba a caer la cabeza (risas)”.

Otro factor que ha funcionado en pantalla es la química que existe entre Robert y Gwyneth, o mejor dicho, Tony Stark y su secretaria “Pepper” Potts. “Ella y yo somos muy buenos amigos en la vida real -relata el actor- así que cuando tuvimos una escena de beso en la película nos costó mucho trabajo hacerla. Sé que ella ha dicho que le pareció una experiencia bizarra (risas). A mí me sigue resultando adorable”.

Disfrazarse de héroe es algo que el propio Downey Jr. confiesa no hizo comúnmente cuando era niño. “Que lo recuerde, la última vez que me puse un disfraz fue a mis treinta y tantos en una gran fiesta de Halloween. Tan grande que me arrestaron por escándalo en la calle (risas)”.

El orgullo del legado
La primera parte de Iron Man fue exitosa y tomó por sorpresa a los fanáticos del personaje, que no tenían demasiadas expectativas. “Así que cuando comenzamos a planear la secuela -recuerda Robert- nos sentamos durante días tratando de mejorar lo que ya había funcionado. La fórmula estaba allí, sólo se trataba de hacer algo más potente”.

La “fórmula”, como la llama el actor, tomó una nueva forma con la inclusión de Cheadle y Johansson, ausentes en la primera parte. “Creo que cuando logramos que en el set se sintiera un ambiente familiar nos dimos cuenta que estábamos en algo grande nuevamente. Esta cinta es mucho sobre eso, sobre la familia y el cómo usas el legado que te dejan los padres. Supongo que allí se esconde un mensaje para todos”.

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