Renace Metallica

GUADALAJARA, JALISCO.- “¡Sólo es rocanrol!”, responde Lars Ulrich, parafraseando a Mick Jagger (The Rolling Stones). El baterista de Metallica, agrupación que planea regresar a México a finales de 2009, acepta que la gente se toma muy en serio su papel de crítico, al grado de que la música de su banda es sobreexaminada o excesivamente analizada.

“Las personas se toman demasiado a pecho las cosas: ¿Qué desayunó James Hetfield? ¿Qué llevaba puesto Lars Ulrich? O ¿qué significa esto o lo otro? A veces pienso que es un exceso”, explica el músico, en entrevista con EL UNIVERSAL, en el marco de los MTV Latinos.

Por supuesto que su nuevo disco, Death magnetic, no ha sido la excepción, y mientras un sector de sus fans y la crítica especializada ubicó el álbum como el “renacimiento” del cuarteto también conformado por James Hetfield, Kirk Hammett y Robert Trujillo, otro más lo acusó de haber “copiado” la esencia de algunos viejos éxitos.

“Hay mucha presión cuando haces un nuevo disco; ciertamente es algo de lo que estamos conscientes, y lo entendemos, porque hay mucha gente que toma a Metallica como ejemplo y como lo mejor que hay. Estamos acostumbrados a esa presión, pero insisto, creo que se llega a los extremos”, subraya Lars.

Death magnetic fue producido por Rick Rubin, conocido por su trabajo con System of a Down, Red Hot Chilli Peppers y Weezer (por mencionar algunos), luego de que Bob Rock intervino en sus seis discos anteriores, y con ello surgió la esperanza de ver un “renacimiento” de Metallica. Para algunos, el nuevo álbum fue “prueba superada”.

“No puedo hablar mal de Bob , no sólo fue nuestro productor, sino que es uno de mis mejores amigos, pero es verdad que necesitábamos un cambio en la banda y pensamos que era el tiempo correcto para trabajar con Rick”, añade.

“Creo que lo más valioso de Rick es que logra captar toda esa energía que tenemos cuando tocamos en vivo. Recuerdo que estábamos en el estudio, nos hacía tocar y sacar toda esa fuerza, y luego nos pedía que fuéramos a casa a descansar. ¡La experiencia fue grandiosa!”.

Ulrich niega tajantemente que Metallica tenga una relación “amor-odio” con sus fans de antaño, quienes reniegan principalmente por su anterior álbum, St. Anger (2003), y al que han señalado como “el peor de su discografía”.

“Aunque seas fan de Metallica, siempre hay algo que no les parece, que si nos cortamos el pelo, que si el nuevo álbum es demasiado ruidoso. Yo amo a todos y me hace feliz estar aquí”, concluye.