Viernes, 29 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Rodrigo Murray comparte los conceptos de vida que han cambiado su visión del mundo

Reflexiones de un shakespeariano

El actor Rodrigo Murray comparte los conceptos de vida que han cambiado su visión del mundo

Por: EL INFORMADOR

Murray hace de cada día una oportunidad para no dejar de aprender. ESPECIAL /

Murray hace de cada día una oportunidad para no dejar de aprender. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (26/AGO/2013).- La carrera de todo actor se trata de momentos de gloria, conectados con otros de soledad, de alegría absoluta y abatimiento pleno, así como de reconocimiento masivo y proyectos que se quedan en el tintero. Una moneda de dos caras, donde el histrión debe elegir a cuál le da más peso. Rodrigo Murray tiró un volado hace muchos años para elegir... y decidió ser feliz.

Con dominio del drama y la comedia, Rodrigo Murray se encuentra en ese punto de su carrera donde se ganó el prestigio necesario para elegir qué proyecto quiere hacer. Y por ahora, lo mantiene muy feliz la puesta en escena Todas las obras de ''William Shakespeare… pero (abreviadas)'', con la que visita el Teatro Diana mañana y pasado.

Sobre su carrera y su obra ha hablado cientos de veces. Y lo seguirá haciendo, pues ama su profesión y sabe que es “parte del juego”, pero para la entrevista acepta despojarse de toda el aura artística que le rodea. Que sea sólo él hombre quien hable, que fluyan las reflexiones de un actor que no tiene problemas en desempeñarse sobre cualquier escenario, ya sea de cine, de televisión o teatral. Un hombre que descubrió el mayor secreto de todos: cómo ser feliz.

—¿Qué te gusta de la vida?


—Mi papá (el actor Guillermo Murray) me enseñó a probar de todo. Aquello que no te guste, no lo escupas, sé educado. Pero no lo vuelvas a probar. Pero de aquello que sí, pues ¡atáscate, que hay lodo! Y sobre eso, a mí me gusta la producción, los guiones, actuar, dirigir, producir. Maldita sea, soy un atascado, me encanta todo.

—¿Qué tan precavido debe ser un actor?

—Para echar a perder hay un buen rato. Y sobre eso hay que aprender. Si uno no se equivoca monstruosamente, pues no aprende. Hay que tirar a matar con todo, siempre. Qué bueno es poder decir “la regué, hice una basura, horrible”, porque del otro lado quedan cosas muy valiosas, que te proporcionan un equilibrio.

—¿“Todas las obras de William Shakespeare pero… (abreviadas)” es un “garbanzo de a libra” en tu carrera?


—Sí, hay muchas cosas mal hechas, y otras cosas que están bien. Obras de esos “garbanzos de a libra”, de las bien hechas, hay muy pocas. De los otros, de esas piedras, abundan en el Reino del Señor. En el camino abundan esas piedras. Hay que quitar esas piedritas para saber qué es lo que acomoda en nuestras vidas. Pero ojo, porque no me arrepiento de nada que haya hecho.

—La mejor lección que te ha dado la carrera de actor.

—Las palabras mudas. Los silencios. Haber aprendido que de pronto vale mucho más la pena tener la posibilidad de callarse la boca, pero también creo que vale la pena aprender de los frentazos.

—¿Cómo fue tu primer papel?

—Mi primer trabajo fue en Bellas artes, haciendo Aida. Mi papel fue hacer el abanderado del rey. ¡Y aprendí tanto! Y ahora pienso que en aquella época no sabía nada, y yo pensaba en aquel momento que lo sabía todo. Me sentía como un pavo, con el pecho inflado. Yo entiendo a Sócrates, a San Agustín, a todo el que entiende que el ser humano, en la medida que se conoce más, menos se conoce. Que somos insignificantes, que el momento en que realmente nos comprendemos, ya nos morimos.

—¿Cuál es el mejor consejo que les puedes dar a tus hijos?

—A mis hijos trato de dejarles amor, comprensión, caricias, besos. Cosas que son cercanas al ser humano y nos olvidamos de hacer. Cosas tan básicas que hasta los animales lo hacen y nosotros hemos olvidado.

—¿Y lo mejor que le aprendiste a tu papá?


—A mi papá le preguntaron hace muchos años en una entrevista que si volviera a nacer, en quién le gustaría reencarnar. Él dijo que en Dios, porque se siente como un buen mensajero de las cosas positivas. Y lo es.

—¿Qué estás leyendo ahorita?


—Al Nobel de Literatura, Mo Yan. ¡Que pedazo de autor! Él es un escritor que, cuando era chico, vivió en una China en la que no podían tener acceso a calefacciones ni abrigos. Vivía inviernos con una tela sobre la espalda nada más, y cuando se lee un texto de él, cuesta trabajo que haya experimentado todas esas penurias. Aprendió a sensibilizarse con la pluma de una forma que muchos autores jamás lo logran. Hay que leerlo.

—Una frase que defina tu vida.

—Hagamos que de la viña del Señor, solamente salgan sonrisas.

Todas las obras de William Shakespeare pero… (abreviadas) / Teatro Diana / 27 y 28 de agosto / Funciones 19:30 y 21:30 horas / Boletos de 150 a 500 pesos en taquillas del teatro y en Ticketmaster.

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