Los miembros de la banda californiana de punk rock con aportes de heavy metal salieron al escenario como si les acabaran de liberar de una jaula; se volvieron locos y lo dieron todo, sin dejar dudas de que están en plena forma. Fueron capaces de contagiar su descarga eléctrica a todos los asistentes, que gritaron muchísimo al verlos salir. La célebre "Can't stop" fue su carta de presentación en Río, del mismo modo que hicieron hace dos días en un concierto en Sao Paulo. Dio la sensación de que todo el mundo cantaba la canción a la vez. Los asistentes miraban el espectáculo como si fuera un regalo poder estar ahí, como si el mejor lugar del mundo para estar en aquel momento fuera junto a los Red Hot. Siguió "Dani California", uno de sus grandes éxitos. Desató aún más locura y permitió que nadie se arrepintiera ya de haber pagado su entrada. A esa hora nadie dudaba que la noche iba a funcionar.Chad Smith no se cansó de darle fuerte a la batería y el líder, el gran e incombustible Anthony Kiedis, proyectó su voz a todos los cariocas allí presentes, la mitad vestidos de indies y la otra mitad de rockeros.Esta banda, que revolucionó la escena del rock en los ochenta y que muchos creyeron que no volvería a los escenarios tras la gira de 2006, demostró hoy que sigue fiel al estilo que creó hace veinte años y que tantos han imitado después.Los miles de espectadores, muchos de ellos con el inconfundible símbolo de la banda en sus camisetas, gozaron también con "Californication" y "By the way", sus dos éxitos más célebres.Pero los de Los Ángeles no fueron la única atracción de la noche. Otros grupos locales e internacionales se sumaron a la fiesta en el bautizado como "Circuito Banco do Brasil", un festival de música y deporte de un día de duración que recorre las principales ciudades del país.En el escena local, el público pudo disfrutar de artistas muy conocidos en Brasil, como el cantautor Rodrigo Amarante, armado con su guitarra, y la banda de rock desenfadado Raimundos, que montó una gran fiesta en el Parque de los Atletas de Río. Ambos actuaron con el sol calentando.Justo antes de Red Hot fue el turno de los Yeah Yeah Yeahs, una banda de indie rock neoyorquina, que ofreció un espectáculo lleno de buen rollo surfero, como recién salido de un garaje americano. El festival lo completó la Copa Brasileña de Skate Vertical, que reunió a 30 profesionales de este deporte y que pasó un poco desapercibido, probablemente debido al objetivo principal del día: la música y, en particular, Red Hot Chili Peppers.