Red Hot Chili Peppers cautiva en Brasil

RÍO DE JANERIO (26/SEP/2011).- “Más vale tarde que nunca”, debieron pensar muchos de los asistentes, en la segunda jornada del Rock in Rio 2011 protagonizada por Red Hot Chili Peppers, banda que consiguiódar sabor y justificar, ya de madrugada, una programación tirando a sosa, a la que le faltó algo más de ese picante.

Con un perfil de público más adulto, el segundo día de conciertos exorcizó a golpe de guitarra la amenaza de diluvio presente a lo largo de la tarde, con un programa basado en el rock que, tras los sones pop de la entrega anterior, quisieron hacer honor al nombre de este festival.

Muchas han sido las formas de abordar ese estilo enérgico, en su intensidad, naturaleza y origen, con propuestas con base en Estados  Unidos y Reino Unido, en Brasil y también en Italia, por obra y gracia de los mencionados Chili Peppers, así como de Snow Patrol, Capital Inicial y Mike Patton, los principales atractivos.

Tras firmar una de las actuaciones más recordadas de pasadas ediciones del Rock in Rio, la banda de Anthony Kiedis volvió a este foro con dos novedades importantes: su actual disco, I’m with you, y el guitarrista, Josh Klifhanger, que cubrió bien el sitio de su antecesor, John Frusciante.

Aunque las nuevas canciones fueron recibidas con una bienvenida tibia por parte del público, el concierto de los californianos es una apuesta segura, por eso agotan entradas donde van y demuestran que, si no atinan del todo en los últimos discos, sí mantienen intacto el músculo de las actuaciones en vivo.

Fue necesario su torrente de clásicos, bien dosificados a lo largo del concierto, para poner a brincar por fin a los 100 mil espectadores que asistieron a esta cita.

Under the bridge, By the way, todos los éxitos de su álbum Californication y por supuesto Give it away, con el que Kiedis cerró el show sin camisa y mostrando vigor roquero, hicieron las delicias de los seguidores de los Red Hot Chili Peppers.

Snow Patrol hace de las suyas

Una semana antes de que Coldplay se dé un baño de masas, sus compatriotas de Snow Patrol mostraron también su poderío, muy similares en estilo y ejecución a los de la gente de Chris Martin, pero faltos de cautivar en general, como dejó entrever la apatía de los aplausos.

Sólo Open your eyes, la última canción, consiguió una reacción más intensa por parte del público carioca, pese a errar el arranque y verse obligados a retomarla nuevamente.

Melancólicos en Chasing cars, épicos con Falling empires, románticos en Set the fire a dúo con la brasileña Marina Aydar y más animados e incluso discotequeros en Just say yes, los escoceses ofrecieron temas de sus siete discos publicados, con los que encarnaron el rock de sonido supuestamente independiente.

El turno de Mike Patton

Unas horas antes, el escenario Sunset volvía a deparar algunos de los mejores recitales de la jornada. Ése fue el caso de la bella estadounidense Esperanza Spalding, reciente premio Grammy, quien actuó de la mano de Milton Nascimento, y también el del ex componente de Faith No More, Mike Patton.

Junto a la jovial Orquesta Sinfónica de Heliópolis, Patton rueda ahora por el mundo con un espectáculo que gira y gira con distintas velocidades, pero siempre con un alto tono interpretativo e irreverente, jugando y enredándose con el público, que le perdonó hasta el retraso de una hora.

Patton presentó sus particulares recreaciones de la música italiana de los años dorados, con clásicos como Senza fine de Gino Paoli y algún que otro zarpazo roquero, una tarea para la que contó con la asistencia de 18 jóvenes violinistas y un trío coral.

Por último, los valores nacionales de Capital Inicial, cuya música recuerda por momentos a los españoles Héroes del Silencio, así como Stone Sour y NX Zero redondearon la oferta roquera, que trató de paliar los múltiples robos del día anterior entre los visitantes al recinto con un refuerzo de la seguridad.