Rayden y el arte de vivir bajo las reglas del rap

GUADALAJARA, JALISCO (20/OCT/2015).- Dicen que en medio de la crisis es cuando la creatividad aflora. De ser verdadera esta máxima popular, Rayden la ha sabido aprovechar muy bien, ya que pertenece a una generación marcada por la violencia, la tensión social, las crisis económicas y la inestabilidad política. Y decidió enfrentar todo lo anterior con aquello que más ama: La música rap.

Dueño de un vocabulario lleno de ingenio y atajos, la carrera de Rayden es bien conocida en España (de donde es oriundo), aunque en México encontró un inesperado filón de fanáticos. En entrevista confiesa que el saberse conocido por su trabajo a ambos lados del Atlántico es algo que le sigue sorprendiendo.

"Nunca consigo gestionar bien (el ser famoso)", explica vía telefónica el madrileño, quien agrega que la popularidad que le ha dado el hip hop "es algo que me viene grande. Lo cierto es que me siento muy agradecido y no me gusta bajar del escenario hasta terminar de devolverle todo ese cariño y pasión al público, sea donde sea que nos encontremos".

El pasado 2 de octubre, Rayden se presentó en el C3 Stage de Guadalajara (como parte de una gira por México, que incluyó Monterrey y el Distrito Federal), donde se volvió a llenar de palabras, colores y experiencias. Cada show lo marca. Y cada que sube al escenario una nueva idea se planta en su mente. Una que muchas veces termina convertida en una pieza de rap.
 
Artesano de palabras

Cuando no está sobre el escenario o en un estudio de grabación, a David Martínez Álvarez (nombre de pila de Rayden) tiene un pasatiempo favorito: Enfrentar a la hoja en blanco, o en otras palabras, escribir y dejarse llevar por las palabras.

El creador de temas como "Sastre de sonrisas", "Punto medio", A mi yo de ayer" y "Viviendo en gerundio" detalla su proceso creativo, aunque siempre aclara que no hay ni formula ni ritual para darle forma a un tema.

"Hacer una canción no tiene duración exacta, Hay algunas que te toma una día, otras debes abordarlas y formarlas hasta por tres o cuatro meses. Trabajo a mi ritmo... o digamos que intento ser escultor.

Destrozar y crear la letra hasta la forma en que yo quiero. Lo que saco en limpio lo deformo, le quito su significado y trato de ver más allá de lo que me quiere decir la palabra. No tengo camino predefinido para hacer canciones".

La confesión estrella la deja para el final. Rayden sabe que el ser conocido se lo debe a la música, pero reconoce que en su juventud no le pasó por la cabeza subirse al escenario. "Me ocurría algo: No me gustaba la música en general, lo que se tocaba en la radio. Pero fue cuando escuché el rap en que comencé a interesarme en ese tipo de sonidos".

Lo demás es historia. Caminando por las fronteras del rap, Rayden ahora se mueve entre dos continentes y varios países para llevar su mensaje. Música directa, a veces con un mensaje duro, pero siempre hecha con el corazón".
 
EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ