Programadores reflexionan acerca de los retos de la radio actual

GUADALAJARA, JALISCO (01/JUN/2012).- El Encuentro Profesional de Programadores de Radio estuvo cuajado de reflexión: el alejamiento de la radio de los contenidos alternativos, la influencia de la audiencia en la programación de las estaciones y el reto que implica el universo de internet fueron algunos de los temas que se abordaron en la mesa integrada por Enrique Blanc, de Radio UdG; Uriel Waizel, de Radio Ibero; Alejandro Tavares, de Máxima FM y Rulo David, de Reactor.

Alejandro Tavares destacó que para que la radio comercial lleve a cabo un cambio ostensible, se deben diseñar contenidos que se vendan y propongan.

Rulo dijo que al no tener ataduras comerciales, el público es el que moldea su propuesta que actualmente deambula en el Distrito Federal. Destacó que la indiferencia del grueso de las estaciones hacia la música alternativa es una tendencia mundial alimentada por el fenómeno de internet.

Para Waizel, en Radio Ibero la consigna es construir éxitos con música menos común y con un proceso "artesanal" que implica escoger los temas con sumo cuidado, consumo que se ve afectado por el hábito musical de los escuchas que muchas veces son reacios a las nuevas propuestas.

Ante esta situación, Enrique Blanc resaltó que una de las vías podría ser nutrida por un conductor experimentado y con conocimiento que ofrezcan contexto e información para que las personas sepan lo que escucharán.

Por su parte, Tavares propuso que otra opción sería invitar a las emisiones a personas conocedoras de música para que la oferta tomara un rumbo más especializado.

En lo tocante a la irrupción de internet, Waizel, Rulo y Tavares coincidieron en que hace falta trabajar en el acercamiento con las personas y darle otra utilidad a las redes sociales.

Al final del encuentro, los cuatro integrantes de la mesa concluyeron que es importante saber cuál es la labor del programador, trabajo que implica un racimo de funciones y que no muchas ocasiones no se conoce ni se comprende.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI