Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Entretenimiento | Con paso firme

Pitbull, al límite

El cantante cubano afirma que la vida en la calle fue una gran escuela para su crecimiento musical

Por: EL INFORMADOR

MADRID, ESPAÑA (01/AGO/2011).- Armando Christian Pérez tiene el monopolio de la canción del verano de 2011. Actualmente es dueño del podio en la lista de temas más vendidos en España. El número uno se lo lleva On the floor, donde ejerce de escudero de Jennifer Lopez. También participa en Rabiosa, número dos, el nuevo asalto de Shakira. Give me everything, una pieza de su nuevo disco, se lleva el bronce. Sólo tiene 30 años y se está comiendo el mundo, seguramente por eso ha bautizado Planet Pit a su sexto trabajo en solitario.

No es flor de una sola temporada: en 2009 ya arrasó con I know you want me (Calle Ocho), un éxito que figura en el Top 10 de los videos más vistos en la historia de YouTube. Esa canción, amada y odiada, ha superado los 180 millones de visitas. Su discográfica española intenta venderle como “el David Guetta latino”, aprovechando que su nuevo disco cuenta con invitados como Kelly Rowland (Destiny’s Child) o Marc Anthony. El “Rey Midas” de las discotecas contestó a las preguntas en la terraza de un lujoso hotel.
 
— En los últimos dos años, Shakira, Jennifer López o Enrique Iglesias te han llamado para animar sus canciones. ¿Qué aportas a su música que ellos no tienen?
— Les doy un poco de calle. Para mí son generales y yo estoy ahí afuera peleándome para conseguir información. Luego les hago el informe, ellos toman decisiones y cumplo lo que me piden. Mi trabajo es ensuciarles un poquito las canciones. El 95% de los colaboradores de Planet Pit son mis amigos, hay una relación personal, nos llamamos para felicitarnos por un premio o un concierto. Bueno, me llevo mejor con los latinos. Soy amigo de Enrique Iglesias, pero no de Usher.

— Se dice que cuando tenías 16 años tu madre te expulsó de casa por comerciar con drogas. ¿Es verdad o es una leyenda urbana?
— En mi vida hubo cosas negativas, pero gracias a Dios las convertí en positivas. Mi mamá me encontró unas cuantas cositas y por respeto me tuve que marchar. Luego maduré y ya está arreglado. Esa experiencia de la calle me enseñó a moverme en el negocio de la música. Básicamente es lo mismo: uno tiene algo y trata de venderlo, esperando que el cliente adopte una actitud activa hacia tu producto. No basta con que lo prueben, tienen que querer volver a buscarlo. Empiezas en una cuadra, de la cuadra vas a la ciudad; de la ciudad, al país, y del país, a todo el mundo.

— ¿Tan parecido es vender ambas cosas?
— Si una discográfica te engaña con un negocio, le tienes que dar la mano, esperando que salga mejor el siguiente. Las consecuencias de un fallo en lo otro son más duras. Te pueden matar. Para mí, las dos industrias son la misma cosa. Mi mamá, mi tía y mi abuela me ayudaron a salir a flote con sus consejos. Ahora sigo reglas básicas como: “Lo barato sale caro” y “Dime con quién andas y te diré quién eres”. El negocio de la música es una piscina llena de sangre y tiburones.

— ¿Es cierto que tu abuela luchó en Sierra Maestra junto a Fidel Castro y el Che?
— Es verdad. En esos tiempos, la gente creía que Castro iba a entrar a Cuba con el sueño ideal. Lo malo es que nunca pasó. Yo no quiero contar la historia por ella, pero muchas personas se equivocaron. Cuando estuvo en la sierra decidió mandar a mi madre y a mi tía a Estados Unidos en la llamada Operación Peter Pan. Fue como la primera escena de Scarface. Siete años después pudieron volver a verse en Nueva Jersey. El castrismo ha dejado heridas abiertas en mi familia. Aprecio que Estados Unidos me diera oportunidades. Espero que se las dé también a mis cuatro hijos.

— Vives en Florida, un Estado muy republicano, pero te sumaste al boicoteo de conciertos en Arizona por sus restrictivas leyes de inmigración, que muchos consideran racistas. ¿Eres más demócrata o neoconservador?
— Mi abuela me dice que no hable de política, ni de religión. Con eso nunca se gana. Un día apoyas a uno porque te parece bueno y tres meses después se vuelve malo. Por ejemplo: los republicanos fueron criticados por poner precio a la cabeza de Osama bin Laden, pero al final el matador ha sido Barack Obama. ¿Qué podemos decir de eso? Lo que yo sigo esperando es que Castro se vaya. Ojalá pueda tocar pronto en Cuba.
El País

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones