Paraguay irrumpe la pantalla con “Karai Norte”

BERLÍN, ALEMANIA.- El cortometraje Karai Norte, la primera producción paraguaya en estrenarse en la Berlinale, se mostró ayer fuera de competición en la sección de Cortos del festival.

Basada en un cuento de Carlos Villagra, de 1953, el filme de 19 minutos relata el encuentro en un paraje solitario entre una mísera anciana y un jinete que le pide algo de comer.

La cinta, rodada en blanco y negro y en guaraní, bebe de la tradición oral paraguaya recogida en el texto de Villagra, explicó su director, Marcelo Martinessi.

Rodada en un aislado paraje y en torno a una raquítica cabaña -construida por el equipo- el encuentro que narra Karai Norte obliga a los dos personajes “a recordar cosas que preferían olvidar”, explicó el cineasta

En el caso de ella, el atraco de que fue víctima días antes y, en el de él, su huida de un ambiente violento. “La anciana representa la resignación ante las desgracias mientras que él es la reacción violenta. Sólo viven un momento de aparente armonía”, indicó Martinessi.

Según él, esas actitudes de resignación y de violencia son fundamentales “para entender los cambios políticos y sociales de Paraguay en el siglo XX”.
Protagonizan la trama Arturo Fleitas, en el papel de forajido, y Lidia, una anciana sin experiencia previa como actriz, a la que encontraron haciendo una audición de abuelas en algunas escuelas.

“Queríamos a alguien que pudiera ser el personaje, no interpretarlo. Así que dibujamos un retrato de una anciana con el pelo largo y blanco y fuimos por varios colegios preguntando a los niños si su abuela se parecía a nuestro dibujo. Se presentaron 68 mujeres y, entre ellas, escogimos a Lidia”, relató el realizador.

Marca su estílo

Rodado en 16 milímetros, el cortometraje -cuya imagen se muestra ligeramente granulada- busca retrotraer al espectador a la década de los años cincuenta del siglo pasado, de la que data la novela.

Según el director, Paraguay “está saliendo ahora de la oscuridad”, tras 61 años de hegemonía del Partido Colorado, no sólo en el terreno cinematográfico, en el que empiezan a producirse cortos, largometrajes y documentales, sino también “en otros ámbitos de la sociedad”.

“Por eso nos sentimos tan orgullosos de haber sido los primeros en llegar a la Berlinale”, sostuvo.

El filme, rodado entre octubre y noviembre de 2007, tomó como ejemplo de paraje aislado y solitario los alrededores de una laguna seca a 500 kilómetros de Asunción, en la región de Chaco, al Oeste de ese país.

“Fue un trabajo bastante complejo, porque tuvimos que trasladar a todo el equipo hasta allá. Es algo que no se había hecho nunca en una producción audiovisual en Paraguay”, señaló.