Domingo, 19 de Enero 2025
Entretenimiento | Confirma actuación en el Festival Vive Latino

Panteón Rococó, una banda fiel a su estilo combativo

Festejará sus 15 años en la música con concierto en el Palacio de los Deportes

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.- Han sido 15 años en “pie de lucha”. Tres lustros en los que Panteón Rococó se convirtió oficialmente en “la primera banda de ska” para la industria musical en México; es la agrupación que habló sin tapujos del EZLN en un programa de Televisa con transmisión en vivo (Otro rollo).

Además es la banda que se anunció en los carteles de algunos de los festivales de rock más importantes en Europa desde hace 10 años, logro que ha despertado la admiración de sus colegas de Zoé.

“Vendidos”, “mugrosos” y “rojillos” son algunos de los adjetivos que Luis Román Ibarra “Dr. Shenka”, Missael Oseguera, Darío Espinosa, Hiram Paniagua, Leonel Rosales, Felipe Bustamante, Francisco Barajas, Rodrigo Bonilla y Tanis han recibido a lo largo de sus 15 años de vida como grupo por sus líricas contestatarias (herencia de bandas como Maldita Vecindad, Tijuana No y Mano Negra) y sus ritmos pegajosos que oscilan entre rock, ska y cumbia.

Si algo debe atribuirse a Panteón Rococó en su camino por el rock es que ha reflejado en su música el México contemporáneo con mensajes directos, tan explícitos que en algún momento les valió el veto en estaciones de radio y otros medios de comunicación.

Este sábado “el Panteón” (como le llaman sus fans) celebrará su 15 aniversario con tremendo pachangón en el Palacio de los Deportes, en el Distrito Federal, en el que tendrán como invitados a Los Amigos Invisibles y a Fidel Nadal.

A dicha celebración se suma la participación del grupo en la próxima edición del Festival Vive Latino, y el lanzamiento de su nuevo y quinto álbum en estudio Ejército de paz.

Dr. Shenka y Missael Oseguera recordaron la historia de Panteón Rococó, desde aquella histórica noche (27 de marzo de 1995) en la que debutaron en la Cantina La Faena como quinteto (ahora son nueve integrantes) y en la que curiosamente Luis Román Ibarra no fungía como vocalista, sino como guitarrista.

—Después de 15 años, ¿ya pueden decir que viven del rock?
—Dr. Shenka: A nosotros nos tocaron otras épocas, grupos como Caifanes, Maldita Vecindad, los Café Tacvba y otros más gozaron de las mieles de las disqueras, de grandes presupuestos para grabar, a nosotros nos tocó la piratería, y entonces nos quedó claro que no podríamos vivir de la música, por lo menos no en mucho tiempo, si no éramos disciplinados no lo lograríamos.
Hoy nuestra situación es diferente, y ya podemos decir que vivimos de la música, pero han sido años de lucha. Nos hicimos en la calle, miramos lo que sucede en los barrios, y eso nos ha hecho crecer como banda. Sin embargo, aún tengo tías que me preguntan: “¿Y has pensado en qué vas a trabajar? (risas) Mucha gente piensa que ser músico no es una profesión.

—A mucha gente no le gustó que participaran en un disco de Arjona.
—Missael: Estábamos firmados con Sony y nos propusieron entrar en el “autohomenaje” a Arjona, se trataba de hacer una nueva versión de Si el Norte fuera el Sur, y él buscaba a un grupo combativo para grabarla. Nos resultó interesante que alguien que es top en su género (pop) y que encanta a las señoras escuchara nuestra música. Hablamos con “La Chiquis Amaro”, teníamos ganas de volver a trabajar con él, e hicimos nuestro propio cover, y se lo mandamos a Arjona. Su productor nos envió los arreglos, pero no nos gustó el resultado, se lo hicimos saber, y le dijimos que si no respetaba lo que habíamos grabado, entonces nos sacaran del proyecto. Respetaron la versión. Nunca conocimos a Arjona, dicen que es “grande”, no nos invitó ni una comidita y mucho menos boletos cuando cantó en el Auditorio Nacional para llevar a mi mamá, (risas).

—¿Por qué aceptaron participar en “Otro rollo” y entrar así a Televisa? ¿Alguna vez les pidieron hacer “playback” en un programa?
—Dr. Shenka: Durante mucho tiempo recibimos todo tipo de invitaciones para ir a programas de televisión, incluso a Con sello de mujer, pero pensamos que nos sentiríamos fuera de lugar. Un día nos encontramos a Adal Ramones en un avión, y su asistente nos dijo que él (Adal) sabía que diríamos que no, pero que le encantaría que fuéramos sus invitados, y después de mucho pensarlo, aceptamos. Eso nos valió aplausos y también duras críticas. Algunos puntos decisivos para que aceptáramos eran que no haríamos playback, ni un sketch y que tocaríamos en vivo, porque el Panteón prefiere sonar mal a falsear una actuación. Esa noche le llevamos a Adal de regalo café originario de las comunidades zapatistas, nombramos “Zapatismo” en vivo y con todas sus letras, y dimos un teléfono para apoyar un proyecto en beneficio a dichas comunidades. Al final nos quitamos la chamarra y traíamos puestas camisetas con consignas políticas, como el programa era al aire, fue inevitable que lo editaran.

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