Paco de la O, más actor que político

CIUDAD DE MÉXICO.- El rostro de Paco de la O delata una extraña serenidad, como si no adivinara la tormenta que está por caer y a transformar su aparentemente tranquila rutina en algo muy alejado de la idea de “día pacífico”.

Pero él dice que no se preocupa, y sabe bien que las oportunidad y los retos que se abren en su futuro son cosas que debe tomar ahora, consciente de que bien podría estar por vivir uno de los momentos más trascendentales (y ocupados) de su carrera.

De lunes a viernes Paco de la O conduce Venga la alegría en TV Azteca y los fines de semana actúa en la obra Agosto; desde el sábado anterior es secretario de Estadística y Organización de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), con Silvia Pinal a la cabeza, y tiene programado volver a montar un show de salsa urbana titulado Está de lao, en el que canta y toca la guitarra.

Y sí, con todo eso encima, se da tiempo para sonreír y enfrentar todos los retos, profesionales, personales y políticos, con una actitud positiva.

— ¿La ANDA es una familia tan disfuncional como la “Agosto”?
— Actualmente, todas las familias son disfuncionales. Y si hablamos de sindicatos, la mayoría ha perdido mucha de su fuerza. Ojalá que con la nueva administración nos unamos como gremio.

— ¿Y tú cómo encajas en la ANDA?
— Me toca una secretaría muy bonita (Estadística y Organización), que requiere vocación de servicio. Se encarga de recibir a los nuevos miembros, darles credenciales y motivarlos para que se queden. A otras compañeras les tocan áreas más complicadas.

— ¿Qué tal la “grilla” de Lilia Aragón, quien es tu suegra en “Agosto”?
— Curiosamente, en la obra yo soy el único personaje masculino que no es miembro formal de esa familia y en la ANDA sucede algo parecido, porque sí pertenezco al grupo que ahora va a dirigir a la asociación, pero soy el único que no está inmiscuido en la problemática “familiar” del gremio. Jamás había tenido un cargo.

— ¿Trabajar en una prestigiosa obra y conducir “Venga la alegría” es estar bien con Dios y con el Diablo?
— Yo no lo diría así. Tengo una formación teatral y me siento como pez en el agua en Agosto. Y estar en Venga la alegría significa trabajar en la empresa (TV Azteca) que me ha cobijado y me ha dado proyección masiva.

— ¿Cómo transcurren tres horas de la obra y tres del programa?
— De veras, no había reparado en ello. En el teatro son tres horas de ficción absoluta y en la televisión tres de realidad contundente.

— ¿Qué sentiste al leer el libreto de “Agosto” por vez primera?
— ¡Uuufff! Vi un espejo donde se reflejaban muchas situaciones propias y ajenas. Discusiones familiares aquí y allá, así como la relación que se da entre el hombre maduro que busca atrapar la juventud de la muchacha y ella que ve en él la imagen paterna perdida.

— ¿Te alcanzó la depresión cuando fuiste foco de rumores y chismes?
— Sí, claro. Ahora lo veo a distancia con mucha calma, pero en su momento te pega muy duro, sobre todo porque mi hija vivió algo que no le correspondía por su edad.

— ¿Quién es tu músico favorito?
— Rubén Blades, sin duda.

— ¿De dónde te viene lo guapachoso?
— No tengo idea. Con mi mamá oíamos a Bach, Albinoni, Haydn, Beethoven. En los Cervantinos vimos a Bernstein, Arrau, Pollini. Con mis cuates izquierdosos, era muy de trova en las peñas.