Viernes, 20 de Septiembre 2024
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Ortiz de Pinedo se entrega a su labor

Defensor férreo de la actuación profesional, el también productor desmenuza los problemas del ambiente artístico

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando Jorge Ortiz de Pinedo escucha la pregunta, responde sin pensarlo dos veces: “Los mexicanos nos reímos de todo, de lo bueno, lo malo, lo regular, de la desdicha, la desgracia, la alegría, de la infidelidad, la borrachera, de todo, del matrimonio ni digamos, ¿no?”, y se nota que sonríe a pesar de que habla al otro extremo de una línea telefónica.

Y cuando se le pregunta si entre tanta violencia, desgracia, robos o inseguridad hay espacio para la risa, éste responde: “Hay espacio para el humor, para tomarlo, obviamente muy negro. Todos los comediantes tenemos alguna rutina de lo mal que está la situación”.
De pronto saca un chascarrillo: “Lo mal que está la situación, ya en México dice el Presidente que hay una recuperación porque se están vendiendo muchos coches... y es cierto, vendí el mío; andamos vendiendo todo”.

A través del humor que representa un comediante -dice-, pasa la risa de quien presencia su espectáculo. “Y de alguna manera la gente se empieza a reír de uno mismo, de ellos mismos, a través de los comediantes. Quizá lo que todo mundo dice en los cafés, las reuniones, en las escuelas, en los trabajos, amargamente los comediantes lo dicen con un humor muy negro, y eso genera una catarsis, porque ya lo ha pensado, entonces esa verdad hace que nos riamos, nos divirtamos dentro de la desgracia. Sin querer decir que se evada el problema, siempre he dicho que la risa es el alimento del espíritu”.

La labor del humorista
“Creo que el comediante que habla de política es la voz del pueblo, de alguna manera”, argumenta el actor al ser cuestionado sobre si los humoristas ejercen una labor social y continúa diciendo que “los chistes se van inventando porque uno va escuchando una plática, se comienzan a contar los chistes y comienza uno a divertirse sin quitarle la seriedad, porque creo que lo más importante de un comediante es no reírse (risas), sino lamentarse de lo que está pasando”.

 Lo primero es entretener, enfatiza el también productor. “Logramos una labor importante que es entretener. El trabajo de un comediante es igual que el de un actor que se ha dedicado a entretener a los demás; es un apostolado en el cual no puede fallarle a la gente y tiene uno que estar siempre al pie del cañón y hablar de lo que la gente quiere oír”.

Reírse de las desgracias
El también conductor presume estar hecho de risa combinada de inteligencia y unas gotas de buen humor, de ahí que señale cómo le llama la atención el hecho de que en nuestro país nos reímos igual de la crisis que de las desgracias. “Es dramáticamente patético lo que la gente puede lograr a través de la risa, de esa catarsis, relaja el espíritu a pesar de las tragedias, los grandes dispendios que nos han hecho pedazos la economía. Eso aminora la amargura del mexicano. Y él sigue viviendo con un bueno humor”.

Sus trabajos más destacados
2004 La escuelita VIP
1999 Humor es... los comediantes
1998-2002 Cero en conducta
1994 Hasta que la muerte los separe
1992 Cándido de día, Pérez de noche
1991 Cándido Pérez, especialista en señoras
1987 Dr. Cándido Pérez
1986 Mentiras
1985 Gavilán o paloma
1974 Mundo de juguete
1968 Pueblo sin esperanza
1966 El medio pelo

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