Obra de Guillermo Arriaga llega a la ópera

CIUDAD DE MÉXICO (14/DIC/2010).- El escritor y cineasta mexicano Guillermo Arriaga ya ganó la Palma de Oro en Cannes por Los tres entierros de Melquiades Estrada, fue nominado al Oscar por el guión de Babel y su obra literaria ha sido traducida a casi 20 idiomas, y ahora se apresta para debutar en el mundo de la ópera.

Su novela Un dulce olor a muerte se encuentra en proceso de adaptación por el músico alemán Christian Jost para que la obra sea estrenada en Bélgica en 2012. “Me llamó, me dijo que le gustaría hacer una ópera. Fue una sorpresa y le dije que sí. Es para estrenarla en Amberes”, dice Arriaga. “La verdad es que esto me tiene muy ilusionado, cuando la obra de uno comienza a llegar a otros espacios, lo pone a uno feliz”.

Un dulce olor a muerte inicia cuando una joven aparece muerta completamente desnuda. Ramón, un muchacho que vive en un pueblo cercano, es el primero en acercarse al cadáver. Apenas conoce a Adela, la muchacha asesinada, pero todos en el pueblo lo señalan como el novio de la misma.

Incapaz de desmentir el rumor, Ramón termina destinado a vengar a la muerte de su nueva amada, convencido de que es su deber. En 1998, la novela fue llevada al cine de la mano del director Gabriel Retes (El bulto y Bienvenido Welcome), llevando en el rol protagónico a un debutante Diego Luna.
Ahora Christian Jost tiene la completa libertad de adaptarla para que funcione con el público. “Él tiene que hacer su interpretación, a ver qué resulta. Yo en ópera mejor dejo que hagan lo que quieran, lo único que pediré es que me invite al estreno”, bromea Arriaga.

Su obra mundial

Guillermo Arriaga Jordán vivió su juventud en la Unidad Modelo, un barrio violento de la Ciudad de México, que ha inspirado parte de sus obras. Se licenció en Ciencias de la Comunicación e hizo un máster en Historia en la Universidad Iberoamericana. En varias ocasiones ha reconocido la influencia que tuvo de Ernest Hemmingway y William Faulkner.

La fama le llegó con la multigalardonada Amores perros, en mancuerna con Alejandro González Iñárritu. Junto con él haría también 21 gramos, protagonizada por Sean Penn, y Babel, con Brad Pitt, por la cual estuvo nominado al Oscar como Mejor guión.
En noviembre de 2007 comenzó el rodaje de su opera prima como director, Fuego (The burning plain), que fue estrenada en decenas de países, incluyendo México. “Ojalá pronto pueda estar de nuevo en otra película como director”, dice Guillermo Arriaga, quien prefiere no abundar en el tema.


– ¿Cómo va tu obra literaria?
– A los libros les ha ido de maravilla, toda la obra se ha traducido a 17 ó 18 idiomas. A Un dulce olor a muerte y El búfalo de la noche les va muy bien en la India, en Irán todos conocen los libros; en Francia se reeditan. Guillermo del Toro (El laberinto del fauno) decía que lo único raro de ver su nombre en otro idioma era estar con palabras desconocidas. Es el mayor homenaje que te pueden hacer como escritor, sin duda.

– ¿Soñabas con eso?
– Sí, claro, no es que viva de eso o escriba con el afán de ello, pero sí era la tirada y el interés de hacerlo.

– ¿Qué es lo más extraño que han hecho con tus novelas?
– Ni mi agente sabía que en Irán se leen. Un día en un aeropuerto lo abordaron y le dijeron que les gustaría editarlos allá, él dijo que sí, y eso bastó para que lo hicieran.

PARA SABER

En el mundo, pocas son las novelas que han sido llevadas a la ópera, como Salomés, de Oscar Wilde, que fue hecha por Richard Strauss.
En México el más reciente caso fue Pedro Páramo, cuya adaptación al canto se llamó Murmullos del Páramo, estrenada en España en 2006.