GUADALAJARA, JALISCO (16/JUN2/2017).- Existe la acertada premisa que dicta que mientras más viejos estén los vinos, saben mejor, su sabor se acentúa y resalta tras el añejamiento. Se puede disfrutar más y cada trago es un deleite al paladar. Tom Angelripper ya cuenta con 53 años, pinta algunas canas y ya no hace heandbanging a diestra y siniestra, sin embargo, toca con mayor precisión que nunca el bajo. Se sabe amo del escenario. Con 30 años en negocio sabe lo que ha conseguido, lo que ha labrado, no en vano su banda está dentro de la historia con letras doradas del heavy metal de Alemania y del mundo.No pasó mucho tiempo para que Sodom regresara a Guadalajara (el 2013 en el Hell and Heaven) sin embargo esta ocasión era especial ya que los seguidores podrían disfrutar de la intimidad que ofrece el venue.La noche del pasado 15 de junio el C3 Stage se llenó de una multitud de personas que cumplía con características muy específicas: Alrededor de 30 años, cabellera larga y llenos de nostalgia y energía.Los más longevos con pronunciadas canas y playeras negras deslavadas, presas del tiempo en que fueron adquiridas, no hacían slam, sólo se mantenían atentos coreando versos que tiempo atrás les dio máxima rebeldía y por lo que muy probablemente entre su vestimenta cotidiana los obligaba a portar jeans ajustados con cinturones de balas, tenis blancos hasta el tobillo enmarcados con chalecos de parches con bandas típicas del movimiento: Venom, Coroner, Destruction, Death, Exodus y de los amados-odiados Metallica. Fieles seguidores de aquella banda que marcó un parteaguas y que marcaría línea en cuento a líricas bélicas.Con 18 discos lanzados y con el pretexto de la promoción del 'Decision Day', la explosiva noche comenzó; Angelripper, Bernemann (guitarra) Bobby Schotkowsky (batería) subieron e hicieron retumbar el lugar con su sonido thrasher. Iniciaron con “In Retribution”, e "In War and Pieces" de sus más recientes discos para después seguir con clásicos como "Outbreak of Evil" y "Sacred Warpath".El sonido cañero predominó en el C3 y se maximizó con el primer gran momento de la noche. A 28 años de su lanzamiento entonaron la pieza que le da nombre al disco lanzado el 1 de junio de 1989 y que les dio fama y reconocimiento mundial; "Agent Orange", con el cual, a pesar del poco espacio se hizo 'circle pit'.Para ese momento Tom ya portaba en el cuelloo una bandera de México y agradecía la asistencia, acto seguido seguían temas como 'Tired and Red' y 'M-16'.La velada ya pasaba la hora y cuarto y el infaltable encore llegó para luego de vitorear a los teutones, regresar para despedirse con otras dos melodías rompecráneos 'Ausgebombt' y 'Bombenhagel'. La noche había llegado a su fin y con ella quedaba demostrada una cosa: El cuerpo envejece, no así el espíritu. EL INFORMADOR / HÉCTOR NAVARRO