Ni Trujillo ni Bustamante van a Beijing

Podría decirse que termina una época, que las Olimpiadas no serán iguales ahora que Andrés Bustamante y Víctor Trujillo no irán a Beijing. Pero a Andrés Bustamante le parece demasiado rimbombante hablar de épocas. Ni siquiera acepta que se le llame actor. Tampoco comediante.

“Yo me siento muy a gusto con algo que inventé para describir mi trabajo: soy un hacedor de momentos humorísticos”. Y este “hacedor de momentos humorísticos” no irá a Beijing: “Fue una decisión difícil. Hubiera cumplido 20 años de asistir a estas justas deportivas, pero decidí quedarme en casa para verlas por televisión”.
Víctor Trujillo, aunque trabaja regularmente para Televisa, tampoco irá: “Me quedaré en México y únicamente presentaré a
Brozo en el noticiario de Carlos Loret de Mola”.

Trujillo y Bustamante marcaron pauta en la forma de hacer entretenimiento adicional a las transmisiones de Olimpiadas y Mundiales. En la memoria de sus seguidores siempre se recordará por ejemplo, el día en que Bustamante presentó a Joserrito, un muñeco idéntico hasta en los zapatos a José Ramón Fernández y que montaba en cólera cuando sucedía algún error de producción. O el día en que el Doctor Chunga habló en perfecto japonés con los narradores de la televisora NHK.
Sin embargo, Bustamante es modesto: “Aunque fui pionero y me da tristeza, ahora parece que viene un nuevo formato en la transmisión de Beijing... y a veces los cambios traen cosas buenas”.

Lo cierto es que su humor inteligente y sensible no tuvo cabida en ese nuevo formato que presentará TV Azteca, ideado por la conductora de espectáculos Pati Chapoy. Y tampoco fue posible que José Ramón Fernández lo convenciera de ir con él, bajo el auspicio de ESPN.

“Hace una semana hablé con él y le expliqué mi decisión de quedarme. Somos muy buenos amigos, pero al final creo que mi propuesta no encajaba en ninguna de las propuestas que recibí”. Así que por ahora se dedicará a conducir eventos privados.
“No creo que pueda llamarme actor, porque eso significa manejar varios registros dramáticos. Tampoco comediante, porque suena rimbombante. Me siento a gusto como un hacedor de momentos humorísticos”.