Narrativa ''underground''

GUADALAJARA, JALISCO (26/AGO/2013).- El cineasta tapatío Haroldo Fajardo Ibarra (1986) realizó su ópera prima sin la pretensión de llegar a nada ni siquiera a la cartelera comercial. ''No hay nadie allá afuera'' es la carta de presentación de este joven de 26 de años de edad, quien actualmente da de qué hablar en festivales y encuentros nacionales e internacionales de cine, debido al toque independiente de este largometraje que navega en los relatos adolescentes donde la rebeldía y la búsqueda de identidad son elementos constantes.

Haroldo Fajardo y su equipo de producción han recibido buena y mala crítica, pero eso no quita que la película, filmada en Guadalajara durante el verano de 2011 y con un presupuesto que aún se paga de los propios bolsillos de los jóvenes, ya figure en las selecciones oficiales de encuentros fílmicos como el Chicago International Music&Movies Festival 2013, Festival Internacional de Cine de Morelia 2012 y el Festival Internacional de Cine de Pasto, Colombia.

Haroldo sabe que no es fácil destacar en el mundo del cine, pero tampoco se siente intimidado, por el contrario, asegura que ''No hay nadie allá afuera'' gana terreno por sí sola, y como ejemplo, durante esta semana su ópera prima participa en el Festival Internacional de Cine de Monterrey, Nuevo León, en la categoría de Largometrajes Mexicanos en la terna de ficción, por lo que la película será proyectada este 28 y 29 de agosto, junto a producciones de España, Alemania, India, Indonesia y Estados Unidos.

Por amor al arte

Aunque la historia de ''No hay nadie allá afuera'' pudiera parecer ser un relato convencional de un joven músico que ve pasar los días mientras ensaya junto a su banda punk, el director explica que no es una película difícil, “pero sí es diferente, porque no tiene una narrativa convencional, sino que se construye a partir de momentos, emociones y viñetas”.

Su estampa en blanco y negro y la espontaneidad de algunas escenas que están basadas en vivencias propias, ajenas y totalmente ficticias, brindan un estilo muy particular al filme. “Partimos de la ingenuidad y de no saber cómo afrontar un proyecto así de grande, eso se refleja y aporta mucho al producto final, que nos ha dado mucha satisfacción. Todo fue un equipo de trabajo muy protegido. Lo más valioso es que la película está hecha, se ha mostrado y la gente la ha visto”.