Mónica Dionne ve un país más optimista

GUADALAJARA, JALISCO (23/MAR/2012).- Siempre, o casi siempre, optimista. Estuvo hace poco en la ciudad de Guadalajara en eventos del Festival Internacional de Cine. Actriz de teatro, cine y televisión. Ha participado en trabajos como Lo que callamos las mujeres en Azteca, así como en Mujer casos de la vida real y Nada personal. En cine se le recuerda por su trabajo en Sexo, pudor y lágrimas, Hasta el viento tiene miedo, 7 vidas y No eres tú, soy yo. Ha formado parte en los elencos de Martín Acosta (destacado director mexicano) de hecho visitó, Al lado de Diego Luna, nuestra ciudad con la adaptación de la película Festen, versión teatral capitaneada por Acosta.

Piensa, entre broma y broma, que Brozo puede ser un buen candidato presidencial, que en el arte todo se vale y parafraseando al director Alejandro Springall, dice, en México se vota como si se jugara al Melate, quien sabe cómo... pero hay que votar por el que vaya a ganar. Confiesa que todavía no ha llegado un buen proyecto para cine, y espera con ahínco que ese “cliché” de las actrices mexicanas no sea cierto.

— ¿Cuál cliché?

— Que dicen que después de los 38 años, los personajes de las mujeres se acaban ¡Dios de mi vida!

— Pero ¿eso aplicará más para la tele?

— ¡Para cine también! En teatro menos.

— ¿Qué opinas de los festivales y su pertinencia en un país como México hoy?, estuviste Guadalajara en la reciente edición.

— Tienen la ventaja de que se reúne la gente. De los encuentros salen temas importantes, digo aparte de ver a los cuates y la familia, estar en Guadalajara fue muy padre. Hablamos, vemos documentales. El FICG está tremendo a diferencia del de Morelia, que es más compacto.

— ¿Cómo estás viviendo este 2012?

— Muy tranquila. Aprendiendo. Tomando cursos de clown, así como de actuación con Fernando Piernas. Estoy en El Vicio de Coyoacán en un trabajo que se llama Fiesten, rumbo a despeñamiento, con las Reinas Chulas.

— Cine, teatro, tele ¿actuar para qué?

— Tiene muchos lados. Al actuar tienes la posibilidad de hacer lo que tú quieras. Actuar por el disfrute de hacer disfrutar al otro. El poder de contar una historia, comunicar ideas y cambiar prejuicios. En tele por ejemplo, cuando estuve en un proyecto con Azteca podíamos aprovechar para colaborar con ciertas ideas. Actuar para poder contar.

— ¿Eso eliges en tus proyectos?

— Para mí es fundamental una buena historia. Hay buenas historias mal contadas. En el cine es muy importante una buena historia. De pronto siento que en términos de guión les dan luz verde a proyectos que todavía les falta trabajo.

— ¿Recuerdas las historias de cine que te conmovieron?

— Casablanca, Cabaret y La novicia rebelde es como la película que más veces he visto. ¡Ah! y vi la película de Demian Bichir (Una vida mejor), me dio tanto gusto, es una película de género de Oscar y de género de llorar... (risas). También Crash.

— ¿Y en teatro?

— Incendios y Carta al artista adolescente.

— Háblanos del poder del teatro.

— Es muy poderoso porque estás en vivo. Estás recibiendo lo que siente el público en ese momento. Eso es lo que más me gusta del teatro.

— Arte ¿para qué?

— Para sublimar el horror. Para hacer una llamada de atención. Para tener un momento agradable y de belleza. Yo veo los museos y los teatros llenos hoy en día. La gente quiere belleza. También el arte sirve para confrontar. Todo se vale.

— ¿Quién sí para la silla presidencial?

— Ufff. Eso de no tener candidato. Como dice Alejandro Springall, el mexicano vota como si jugara al Melate, al que gane (...). No ves interés de nadie por hacer algo, de nadie de los candidatos. Es por el poder. Híjole... no sé, no sé... ¡Brozo! Porque tendría que ser un equipo de personas.

— Si tuvieras que armar una campaña de sensibilización exprés, ¿qué nos pondrías a hacer?

— A tratar de estar de buenas. La gente no te da ni una sonrisa (...).

— El Patio de tu casa es México ¿Cómo está ese Patio?

— Híjole, está muy decaído y hay muchas raíces. Está triste. Pero ves las semillitas y plantitas que están ahí