''Miss Bala'' deja sin habla al espectador

GUADALAJARA, JALISCO (19/SEP/2011).- “El crimen no es algo aspiracional”, declaró el director Guanajuatense Gerardo Naranjo este sábado luego de la exhibición de Miss Bala en el Festival Internacional de San Sebastián, justa en la que compite con otras 12 películas en la sección Horizontes Latinos.

Dicha cinta protagonizada por Noé Hernández y Stephanie Zigman no sólo ha dejado sin habla a los espectadores, como apuntaron algunos medios en España, pues ya había llamado la atención de la prensa mundial durante su estreno en mayo pasado en el Festival  Internacional de Cannes.

Oscura, densa, angustiante y apegada a la realidad. Así es Miss Bala, que la semana pasada llegó a las carteleras en algunas ciudades  de nuestro país y que gracias a la respuesta positiva aumentó el número de copias (de 60 a 100) para hacer posible su exhibición en más plazas. Guadalajara fue una de ellas, y este viernes fue puesta en cartelera.

A decir de Mauricio Katz, coescritor del filme junto a Naranjo, lo más complicado de la historia fue definir el tono, y para ello fue necesario prescindir de más acción, con el objetivo de enfatizar lo que se presenta como retrato de lo que padece la sociedad tras la ola de violencia que se vive desde 2006, y que ha visto morir a más de 36 mil personas relacionadas con la ilegalidad.

Katz, en entrevista con este medio, apunta que ya había trabajado con el director de las cintas Drama/Mex y Voy a explotar, en la primera como distribuidor y en la segunda como consultor de guión, incluso coescribió y produjo el corto que Naranjo incluyó en la película Revolución.

Los primeros diálogos de Miss Bala son, quizá los únicos, los que se perciben de manera tranquila. Es Laura Guerrero, la aspirante a Miss Baja California la que (a pesar de que su padre le advierte de los peligros) asegura no pasará nada. “Confía en mí apá”, dice. “¿A qué hora regresas?”, cuestiona el hermano menor de la protagonista. Ella no responde. Entonces la trama toma un tono oscuro, tan negro que en algunas escenas el director deja que el sonido guíe al espectador y que la mente lo lleve a donde deba, pues el propio Naranjo dijo en España que le  interesaba visitar el crimen como algo patético, como algo gris, a que fuera producto de la ignorancia, la óptica –enfatizó– era apuntar que el crimen no es algo aspiracional, para con ello provocar en la sociedad una reflexión y no una apología al narco, mientras que Mauricio Katz, vía telefónica, atiende los cuestionamientos de este medio.

— Al ser “Miss Bala” una película tan densa, podría pensarse que de entrada es complicado encontrarle cauce, ¿cómo se aborda el narcotráfico en una cinta sin que se convierta en una apología?
— Lo más difícil de Miss Bala fue encontrar el tono. El guión es un proceso que nunca para, nunca acabas, no a nivel de satisfacción, sino que constantemente se descubren cosas nuevas, se generan muchas preguntas y se busca tomar las decisiones correctas. Debo decir que del punto en que partimos con respecto al que terminamos fue muy distinto. Originalmente pasaban muchas más cosas, había más acción, pero fuimos desmenuzando el guión, quitándole cosas para terminar, incluso es un proceso que Gerardo siguió en la filmación para llegar al punto final.

— ¿Cuál era la intención del filme?
— La fuimos encontrando. Hubo un momento en el que se tomó la decisión de hacer un retrato de un sentimiento, de un estado psicológico, de un estado emocional más que tener una posición política específica. Queríamos que la gente se fuera del cine con sentimientos encontrados, fuertes.

— La respuesta, tanto en festivales como en las salas comerciales ha sido buena, ¿a qué elementos atribuyen esta recepción?
— Estamos muy contentos con los resultados, que tienen que ver con la combinación de dos cosas: Una es que se trata de una buena película en todos los niveles, con un valor de producción alto, una dirección impecable y actuaciones muy buenas, y porque ante una historia tan dura como la de Miss Bala, el público, en vez de cerrar los ojos, su reacción ha sido ir a enfrentarla, ha decidido no cegarse, no voltearse ante una película tan dura.

Para saber:
¿Qué cuenta Miss Bala?
Laura Guerrero tiene 23 años, vive con su hermano y su padre en la frontera entre Estados Unidos y México. Ser la reina de belleza del Estado de Baja Califnornia es su sueño, sin embargo, la realidad es que vive en un mundo que controla el crimen organizado.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA