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Entretenimiento | Adiós tabúes

Misión cumplida dice ''Los monólogos de la vagina''

Con seis mil 400 representaciones y 10 años en cartelera, ''Los monólogos de la vagina'' anuncia fin de temporada

Por: SUN

En la imagen, Patricia Reyes Spíndola, quien integró el montaje que se presentó en Guadalajara en 2009. EL INFORMADOR  /

En la imagen, Patricia Reyes Spíndola, quien integró el montaje que se presentó en Guadalajara en 2009. EL INFORMADOR /

CIUDAD DE MÉXICO (11/DIC/2010).- Vagina. Hace 10 años esta palabra era un tabú en México. “Cuando anunciamos que montaríamos una obra titulada Los monólogos de la vagina —recuerda el productor Morris Gilbert— nos acusaron de transgresores, provocadores e inmorales. Hubo intentos de censura y en general nos dictaron sentencia: no duraríamos más que unos días”.

Elizabeth Flores, jefa de escena de la obra desde el día de su estreno, tiene otro recuerdo: “La delegación (Cuauhtémoc) dudó varios días antes de darnos el permiso para que la obra saliera con la palabra vagina en el título. Estuvimos nerviosos, ansiosos, inquietos, de todo nos pasaba esos días”.
En octubre de 2000, la delegación liberó el permiso y el 17 de ese mes se estrenó la obra que no duró unos cuantos días, sino que ya lleva 10 años y que celebra seis mil 400 representaciones. Finalmente, también se anuncia el final de temporada el próximo 15 de enero, pero no por falta de público sino porque, según presume Gilbert, ya cumplió su misión de abolir el tabú que pesaba sobre las vaginas mexicanas.

Unas 326 mil historias

Vagina. Con esta palabra comienza la obra. Y luego se repite 136 veces a lo largo de 90 minutos. Si un ocioso sacara la calculadora, contabilizaría que en estos 10 años se ha dicho vagina 326 mil veces. “Suficiente para decir que el tabú se ha roto” dice Pilar Bolíver, actriz que estrenó la obra.
Los monólogos de la vagina se trata de tres actrices que hacen lectura dramatizada de 17 monólogos, 17 historias de mujeres que han sufrido las vejaciones de una sociedad machista, la violencia sexual de una guerra que las oprime, la tortura de que sus órganos sexuales se mutilen como parte de un ritual.

Pero también hay gozo: la receta para un orgasmo tipo metralleta, un sueño erótico con Andrés García, una vagina enojada con los ginecólogos.
Precisamente en esta claridad de lenguaje es donde Patricia Reyes Spíndola ve el secreto de la obra: “Hacía falta hablar de un tema tabú con buen sentido del humor. Al menos en América Latina, no era común decir: ‘Mi vagina está enojada’, declaró la actriz en abril de 2009, cuando se preparaba para participar como invitada.

El lenguaje ha sido, curiosamente, también la principal motivación de sus detractores. Así como la delegación Cuauhtémoc dudó en conceder el permiso, los gobiernos de las ciudades de Shangai y Pekín simplemente la prohibieron. En México, el Gobierno de Puebla hizo lo mismo por siete meses: negar el permiso para la obra en el Teatro Ocampo. Fue hasta que Morris Gilbert hizo una denuncia pública, cuando le permitieron dar dos funciones.

Todos felices

“Mi vagina no tiene tabús, mi vagina es feliz”, dice Rosario Robles, ex jefa de gobierno de la Ciudad de México y quien ofreció una función especial de Los monólogos de la vagina en mayo de 2007 a beneficio de la Fundación Reto.

A lo largo de estos 10 años, por el escenario de la obra no sólo han desfilado 60 actrices sino también políticas como Rosario Robles, Xóchitl Gálvez y hasta una Miss Universo, Lupita Jones.

Cuando se le pregunta a Jones cómo fue decir vagina frente a 300 personas, responde: “Por más que uno no quiera, existen prejuicios. Cuando llegó la invitación, pensé ¡yo no puedo decir esas cosas, no! Me pidieron que lo intentara, empecé los ensayos con dificultad y finalmente me lancé al ruedo”.

Así que la liberación ha sucedido en las butacas pero también en camerinos. Consuelo Duval cuenta: “Decir la palabra vagina me costó mucho. En la sociedad mexicana el tema de la sexualidad no se puede abordar de manera cotidiana. Aunque me veo muy relajienta, nunca me han visto exhibiéndome”.

Mónica Garza incluso le ocultó a sus padres que estaría en la obra: “Vengo de una famillia tradicional en Tamaulipas y mi padre se enteró hasta el día del estreno que acudió como invitado”.

Los monólogos de la vagina no sólo ha roto un tabú, también ha hecho trabajo social, ya que la obra celebra en febrero de cada año el Día V, que en Estados Unidos se enfoca en erradicar la violencia contra la mujer y en México pugna por la solución a los feminicidios.

Mujeres famosas que han participado en el montaje

Carmen Montejo, Diana Bracho, Jane Fonda, Salma Hayek, Lupita Jones, Silvia Pinal y Patricia Reyes Spíndola, entre otras.

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