Domingo, 19 de Enero 2025
Entretenimiento | Elogios para Alcázar y Cantoral

Misery gana aceptación en su estreno

Los protagonistas de la obra, basada en la novela de Stephen King, convencen al público y a la comunidad artística

Por: NTX

Con Misery, Damián Alcázar regresa al teatro, luego de 13 años de ausencia; Itatí Cantoral, además, entra a la producción. EL UNIVERSAL  /

Con Misery, Damián Alcázar regresa al teatro, luego de 13 años de ausencia; Itatí Cantoral, además, entra a la producción. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (24/OCT/2011).- Con una ovación de pie respondió el público al trabajo de los mexicanos

Damián Alcázar e Itatí Cantoral en el estreno de la obra de teatro Misery, en la que la actriz interpreta a una enfermera psicópata y él a un escritor que sufrió un accidente en carretera y ella lo secuestra.  

En su regreso a los escenarios teatrales, luego de 13 años de ausencia, Damián Alcázar reafirma su calidad de actor en la historia de horror escrita por Stephen King.  

Itatí Cantoral impacta al dar vida a Annie Wilkies, la desquiciada enfermera fanática de la novela Misery y de su autor. La puesta en escena, que dirige Antonio Castro, está basada en la obra literaria de 1987, cuya historia se llevó a la pantalla grande en 1990, dirigida por Rob Reiner.  

Itatí logra cambiar el registro de su expresión cuantas veces se le requiere en la trama. En segundos pasa de la amabilidad a la más implacable rabia. El glamour quedó fuera y la hija del fallecido compositor Roberto Cantoral acepta salir a escena sin gota de maquillaje que la haga lucir bella, al contrario, es una descuidada y avejentada mujer.  

“Itatí me sorprendió. Es una actriz con unas posibilidades tremendas y este papel seguramente la hará pisar mucho más fuerte. Tiene mucha energía, entrega, escucha y modifica cuando se le dan indicaciones”, destacó Alcázar.  

El experimentado histrión contagia al espectador la angustia, la incertidumbre y la desesperación que Paul siente al estar encerrado en una habitación, atado a una silla de ruedas, pues tras el accidente se rompió las piernas.  

Sabe fingir ante su loca victimaria, pero ella no es tonta, y le habla de las veces que ha descubierto cuando él ha querido escapar de la cabaña donde lo tiene aislado del mundo amenazado para crear El retorno de Misery en la nueva máquina de escribir que le ha comprado.

La apuesta por una buena historia

“Acepté participar en esta obra — apunta Alcázar—  porque conocía el libreto de la película y luego me sorprendió el texto dramático para teatro, es excelente. Jorge me había invitado a hacer Rainman, pero no pude debido a los compromisos que tenía en aquel entonces, así que esta vez acepté”.  

De lunes a jueves, el actor permanecerá en Colombia, donde grabará la serie KDabra, y de viernes a domingo estará en México para actuar, a partir de las seis de la mañana, en la tercera temporada de Capadocia y en las funciones que lo obligan a permanecer inmóvil en cama o sobre una silla de ruedas construida especialmente para el montaje.  

Admitió que Misery le exige toda su energía: “Mi personaje es receptor, no llevo las acciones, tengo que esperar y estar a la disposición de esta fan, que en la vida real, sí me ha pasado. Lo bueno es que nunca estuve a su disposición, sólo fue por internet; sin embargo, siempre seré amable, lástima que ella no”.  

Para el actor Joaquín Cosío, uno de los invitados, Misery es una propuesta teatral muy arriesgada, porque se sostiene del trabajo de dos actores sin artificios ni elementos espectaculares. “En el caso de Damián, su personaje está maniatado, disminuido en la cama o en la silla de ruedas, por lo que todo su trabajo expresivo lo debe transmitir a partir de esa condición. Me parece que Itatí logra construir su personaje con bastante solvencia. Viaja de un dulce fanatismo a una locura violenta e irracional. La puesta está muy bien lograda gracias a un director como Antonio Castro, de raíces universitarias”.  

Durante la función de estreno con invitados especiales y prensa, hubo risas, no obstante lo dramático de la historia. Al respecto, Cosío comentó: “La risa es una estrategia de la misma tensión, sirve para relajar al espectador y poder recibir lo que sigue, son válidas y necesarias”.

La adaptación de la novela para México es de Oscar Ortiz de Pinedo, el diseño de audio y música original de Alejandro Giacoman, mientras que la escenografía es de Gloria Carrasco, quien transporta al espectador en el interior de una cabaña que apenas logra movimientos.  “La visión de Gloria fue no hacer una escenografía realista, porque queríamos salirnos de lo que pasó con la película. Está marcado que Paul está bajo las influencias del Novril, la medicina que lo ayuda a contrarrestar el fuerte dolor de las piernas destrozadas y por eso se llegó a esta escenografía”, indicó Pedro Ortiz de Pinedo.

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