Miguel Rodarte da vida a Julián Pérez

GUADALAJARA, JALISCO (20/MAR/2011).- Es comedia sí, pero en algún momento Beto Gómez pensó que terminaría como una tragedia tras los múltiples inconvenientes que enfrentó la cinta Salvando al soldado Pérez, sin embargo y después de varios años de trabajo el pasado jueves llegó a las salas con 300 copias, apoyada por Lemon Films y protagonizada por Miguel Rodarte en el papel de Julián Pérez, un líder nato pero un claro anti héroe.

“Fue una aventura casi imposible”, asegura Beto Gómez, y agrega que incluso la misma industria cinematográfica tomaba a broma el proyecto, pues “se decía que no se iba a lograr”, y es que encontrar apoyos no fue nada fácil para un filme que nació grande, es decir, que apostaba por un presupuesto de 50 millones de pesos, alrededor de 20 millones más de lo que en promedio cuesta una producción mexicana en la actualidad. 

La historia nació –comenta Beto­– por la necesidad de hacer algo para el público y por ahora no más para los encuentro fílmicos, pues fue en 2004 cuando en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara se estrenó Puños rosas, y desde entonces confiesa que pensó trabajaría en algo más colorido y folclórico, y es Salvando al soldado Pérez –que en varias ocasiones cambió de nombre– el filme que trae de vuelta al director que argumenta no se trata de una película sin valores, sino que está pensada para demostrar lo absurdo de la violencia en un claro tono de comedia, cuyos diálogos no sólo se escuchan en español y donde los efectos especiales se hacen presentes.
 
Más cerca del gran público

“Nunca he querido hacer cine de crítica social, pero es importante destacar que la cinta está integrada de valores y está dirigida para toda la familia”, comenta Gómez sobre el proyecto que reconoce fue muy arriesgado, pero así es el cine, reconoce. Entre las razones que motivaron la puesta fílmica en voz del director tratar de contar historias que no se ubiquen en la capital, que sean oscuras o marginales, porque apunta que también se puede hacer comedia. “No todo tiene que ser oscuro o marginal”, reflexiona Beto Gómez.
La esperanza, dicen, es lo último que muere, y así le sucedió a Salvando al soldado Pérez, pues después de enfrentarse a varios sin sabores, distribuidores de la Unión Americana se pronuncian interesados en la producción mexicana, y será en verano cuando llegue al país vecino con la misma cantidad de copias que en nuestro país, lo que significa para Beto Gómez un riesgo que valió la pena enfrentar.
 
Nada justifica el crimen

“Julián Pérez es un hombre que encabeza una organización muy poderosa, es un personaje que al estar tan arriba está muy solo, que en su mirada se aprecia un vacío, que desconfía de todo y de todos, porque en el universo que vive en cualquier momento puede ser derrocado, y todo el tiempo se protege”, comenta
Miguel Rodarte con respecto al personaje que interpreta en la cinta.

Encontrar el lado humano de un ser  violento fue la misión que dice Rodarte se le encomendó, al igual que según las instrucciones del director debía darle vida a un hombre del Norte con acento incluido para hacer más verás la trama. “El acento es primordial para darle credibilidad, porque a veces se peca de neutralidad en los acentos, y el folclor del Norte es algo que se observa en la cinta”.

Es una comedia muy sutil –apunta Rodarte­–, al tiempo que aclara que no se trata de comedia de pastelazo ni del chiste fácil, y aclara que la historia sólo quiere mostrar que la violencia no tiene porque ser. “La película busca entretener a la familia, porque no veo qué principio moral, religioso, político, eclesiástico o civil justifique la violencia que vive el país por la guerra del narco, está fatal, y lo que hace la cinta es entretener y enaltecer los valores”.

''Nunca he querido hacer cine de crítica social, pero es importante destacar que la cinta está integrada de valores y dirigida para toda la familia''
Beto Gómez, director


¿Qué cuenta la película?

La vida ha llevado a Julián Pérez (Miguel Rodarte) por caminos equivocados, pero el destino le presentará una oportunidad para encontrar la redención cuando sea enviado a la misión más peligrosa y noble de su existencia, ordenada por la única autoridad que todavía respeta: su madre, Doña Elvira.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA