Mickey Rourke, con alma de guerrero

ESTADOS UNIDOS.- La carrera de Mickey Rourke se ha dibujado con puntos extremos. Logró colocarse como uno de los actores más brillantes de su generación y a inicios de la década de los años noventa todo apuntaba a que sería uno de los grandes astros de cine. Pero su personalidad explosiva e impredecible lo empujó combinar la actuación con el boxeo. Ante la mirada atónita de sus colegas, Mickey relegó  los escenarios por el cuadrilátero en 1991, pero cuatro años de palizas y derrotas lo convencieron que su trayectoria pugilística estaba acabada.

Con el rostro demacrado, regresó al cine para aceptar prácticamente cualquier papel que le ofrecieran. Y con los antecedentes de ser tan impulsivo, fue sólo su calidad la que lo mantuvo a flote, hasta que el director Robert Rodríguez lo eligió para rodar Sin City.

La cinta de super héroes fue alabada a nivel visual, pero nadie ignoró que también Rourke había dado una buena actuación, y con eso, un nuevo protagónico en The Wrestler, trabajo con el que ha sido nominado al Oscar, demostrando de paso que si bien los golpes de la vida lo dejaron en la lona, su entereza lo tiene de píe, y más fuerte que nunca.

Se gana al público
The Wrestler es una película dirigida por Darren Aronofsky. Cuenta la historia de un veterano luchador (Rourke) que vive sus últimos combates, los que acepta para sobrevivir, hasta que llega su última oportunidad, con una pelea conmemorativa.

La historia, que bien podría ser un reflejo de la vida del propio actor, no fue el principal motivo para que aceptara rodar la cinta, como lo confesó en una entrevista: “Acepté el proyecto porque quería trabajar con Darren, a quien considero un director muy especial. En toda mi carrera, he trabajado con pocos realizadores que verdaderamente valgan la pena, los podría contar con los dedos: Coppola, Michael Crimino y Adrian Lyne. Aronofsky es del tipo de gente que llega a dirigir al cine cada 30 años”.

Aunque al principio había muchas dudas sobre la película, The Wrestler se ha ganado a la crítica de varios festivales, incluyendo los de Venecia y Toronto, además de que recién tuvo una buena participación en los Globos de Oro. Con esto, la mesa está puesta para que el próximo 22 de febrero tenga una noche de oro.

Se levanta de la lona
Rourke es un tipo raro en una industria donde es difícil destacarse como alguien exótico: No le gusta andar a la moda ni combinar su ropa; su  cabello luce despeinado y brilloso; se hace acompañar por un perro chihuahua a las alfombras rojas y no puede pasar mucho tiempo sin fumar habanos, además de proferir groserías de manera constante.

Sin embargo, Mickey Rourke tiene el apreció de Hollywood por la honestidad con que se muestra, y acepta que tuvo que tocar fondo a nivel personal y profesional para poder tener éxito en su vida. “Tengo mucha suerte de tener una segunda oportunidad en la vida, porque verdaderamente he desperdiciado de una manera miserable 15 años. Y me arrepiento. Es sólo que ahora me doy cuenta que no tuve antes las herramientas para cambiar lo que hacía, cambiar la manera en que trabajaba y la manera en que me relacionaba. Toda la información que obtenía la utilizaba para autodestruirme. A veces pienso en el éxito que tuve al principio y todas las cosas agradables que tuve, y en lugar de dar gracias por eso, me siento molesto”.

Ahora, convertido en un actor maduro, con muchas cicatrices físicas y en el alma, el actor afirma que ya está más cerca de encontrar la paz que buscaba en su juventud: “Ya casi la tengo (la paz), siento que casi llego a ese punto de mi vida, o al menos ahora estoy más cerca que nunca. Siempre habrá una guerra librándose dentro de mí, ¿saben? Cada día acabo con alguno de mis miedos”.

La frase:
“Tengo mucha suerte de tener una segunda oportunidad en la vida, porque verdaderamente he desperdiciado de una manera miserable 15 años”. Mickey Rourke, actor