Lunes, 02 de Diciembre 2024
Entretenimiento | El actor, convertido en trotamundos

Mel Gibson se aleja de Hollywood

Gibson asegura que el cine se ha vuelto demasiado “fácil” en Estados Unidos, y es de ese tipo de comodidades de las que quiere huir

Por: EFE

LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS.- Fue una cuestión de interés, o más bien, la falta de éste. Mel Gibson se confiesa y acepta que abandonó la actuación porque se sentía “trasnochado y sin ideas”. Esas fueron sus palabras para definir su breve adiós de la gran pantalla, una situación que no duró mucho, pues regresa al cine con un thriller de Martin Campbell Al límite. Así, termina con siete años dedicados en exclusiva a la producción y la dirección.

El actor afirma que ahora se siente desencantado con la industria en la que ha reinado desde hace años. “En Los Ángeles no pasa nada ahora, es muy caro rodar algo allí”, lamentó la estrella estadounidense durante su visita a Madrid, para promover la película, quien regresa a la gran pantalla, pistola en mano, como protagonista de Al límite.

Gibson interpreta a un hombre que se toma la justicia por su mano cuando su única hija es asesinada, con él como único testigo y muchas cuestiones por resolver.

Se pone “duro”
El nuevo papel del actor tiene elementos que él ya había explorado con anterioridad. El “tipo duro” que Gibson ha retratado incansablemente a lo largo de su carrera es en este caso un policía de naturaleza algo más atormentada de lo habitual, por la necesidad de redención de quien ha sido un padre ausente que apenas conoce la vida cotidiana de su hija.

Si la original Edge of darkness (título original de la película) manifestaba la inquietud social que el uso de energía nuclear despertaba en los años ochenta, su nueva versión actualiza la trama añadiendo la deshumanización de las grandes corporaciones.

La sed de justicia que se gesta en el personaje protagonista, víctima de una de ellas, “es un sentimiento humano, aunque llevarlo hasta las últimas consecuencias es algo que sólo debe suceder en la fantasía de un relato”, aclaró ante los medios un Mel Gibson de frágil atención, gesto compulsivo y verbo espeso, aquejado de “los efectos de largos viajes entre varios continentes”.

“Martin Campbell ha sido una de las razones por las que acepté actuar en la película, me hizo sentir confianza saber que él se encargaba de nuevo de la historia”, defiende el actor, otra vez ante la cámara tras su costoso divorcio del pasado año y de rodar en este tiempo La pasión de Cristo (2004) y Apocalyto (2006).

Calibra sus intereses
Como tiene claro que “dirigir es mucho más placentero que actuar”, Gibson ya está centrado en la dirección de su nuevo proyecto, una película de vikingos de la que apenas ha querido contar algo más que sus temores a la hora de enfrentarse a este proyecto: “¿Alguien ha visto una película buena de vikingos? Yo desde luego que no”, comentó jocoso el responsable de Corazón valiente.

No le importaría volver a involucrarse en proyectos pequeños como El hombre sin rostro, su debut en la dirección en 1992. De momento protagonizará una producción que se rodará en Veracruz. ¿Su razón para elegir México?: “Por cómo ha evolucionado todo, es una necesidad imperiosa volver a ser creativos, aprender a rodar sin tantas ventajas y presupuestos ilimitados, algo a lo que nos ha acostumbrado la industria y que ya no sucede”.

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